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Siete desagradables verdades sobre los SUV

Siete desagradables verdades sobre los SUV

 

Los SUV (Sport Utility Vehicle, Vehículo Deportivo Utilitario según el traductor de Google), esos todoterrenos urbanos, han conseguido gran notoriedad en los últimos años pues, siendo tan caros y tan inútiles, se venden como rosquillas. Aquí analizamos este tipo de coches y respondemos a la pregunta que se hacen muchos: ¿debería comprarme un SUV?

Antes de tomar una decisión, analiza estas siete incómodas verdades sobre este tipo de coches:

• La primera y la peor: todo el mundo tiene un SUV. Según Anfac (la principal asociación del sector), es el tipo de vehículo más vendido en España, uno de cada tres coches que se venden en España es un todoterreno urbano. Es un duro golpe para un vehículo cuya única virtud es un cierto aire de exclusividad, de distinguirse de la plebe que se compra utilitarios.

• Es demasiado caro para lo que ofrece. Hay utilitarios de 6.000 euros que hacen todo lo que se supone que debe hacer un coche y hay cochazos de verdad, como el Lamborghini Huracán, con 610 CV que pueden ser tuyos por 230.000 euros. En medio están los SUV, que salen por unos 25.000 euros pero que lo único que tienen de notable es una carrocería estrambótica, un peso de casi dos toneladas y un motor demasiado pequeño para mover esa mole.

• Es muy caro de mantener, principalmente porque los coches pesados consumen más combustible. Además, los SUV son máquinas muy complicadas atiborradas de extras que van desde sensores de aparcamiento a asistente de luz en carretera, lo cual multiplica las posibilidades de avería.

• Si cometes el error de sacar un SUV del asfalto y meterlo por un camino, descubrirás que no está diseñado para eso. Se quedará atascado en la primera trocha. Algunos SUV tienen tracción a las cuatro ruedas, pero en general son vehículos únicamente diseñados para la ciudad y la carretera. En realidad, no hay ninguna necesidad de que pisotees la naturaleza con ningún tipo de vehículo. Usa una bicicleta, como mucho.

• Utiliza una tecnología obsoleta, desarrollada a mediados del siglo XIX, llamada motor de explosión, en versión diésel o gasolina. Es tan antigua que se acerca su extinción, ya está prevista la prohibición de la venta de coches de motor térmico para dentro de pocos años en varios países.

• Supera todos los índices de emisión habidos y por haber. Es decir, su gran tamaño y peso implica la producción de grandes cantidades de CO2, óxidos de nitrógeno, partículas y otros compuestos afines. Por desgracia, se ha admitido oficialmente que es necesario multiplicar las cifras de emisión de contaminantes que dan los fabricantes para conseguir una cifra que refleje la realidad.

• Es vehículo non grato en la ciudad. Los llamados en Londres "tractores de Chelsea" (un barrio caro de la ciudad) deben pagar un montón de libras por circular por el centro. En París, los cochazos diésel van a ser prohibidos lisa y llanamente. En todas las ciudades, hay planes para impedir la entrada de los coches grandes tipo SUV o hacerles pagar tasas e impuestos especiales. La razón es evidente: el que se mueve en SUV por el medio urbano ocupa demasiado espacio y produce demasiada contaminación, resulta realmente molesto.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Muy sencillo. Utiliza la infografía de abajo para averiguar qué clase de vehículo necesitas, tal vez te lleves una sorpresa. Y si te vas a comprar un SUV porque te lo pide el ego, por favor, no lo metas en la ciudad.

(Clic para ampliar)

 

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