Ciudadano autosuficiente

Tú y la sequía

Tú y la sequía

Hace mucho tiempo que no tenemos una sequía general, una que afecte a casi todo el país durante mucho tiempo, meses o incluso años. Pero la sequía forma parte de nuestro alabado clima mediterráneo, tarde o temprano acaba llegando. Podemos ser optimistas: esta vez estamos mejor preparados que la última vez, el período seco de 1992-1995. Motivos para el optimismo son, por ejemplo, las cifras disponibles  sobre el consumo de agua en los hogares.

Aunque los datos no son estrictamente comparables, tanto las encuestas de AEAS (Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento de Agua) como los datos del INE muestran un notable descenso del consumo residencial en litros por habitante y día (lhd), que ahora mismo está en unos 130-150 lhd y que llegó a acercarse a los 250-300. El consumo de agua en la agricultura también ha disminuido aproximadamente en un tercio (es el principal consumo de agua en España, con mucho, aunque no usa agua potabilizada).

Otra razón para el optimismo es la generalización de la tecnología economizadora de agua en hogares, industrias y agricultura, desde cisternas de WC de doble pulsador a sistemas de riego por goteo. Sin olvidar que el número de contadores de agua se ha multiplicado (hace un cuarto de siglo eran frecuentes los contadores únicos por edificio y el pago a prorrateo) y no solo eso: ya comienzan a proliferar los contadores electrónicos de agua, que permiten un control muy exacto del consumo en tiempo real.

También es cierto que hay motivos para la alarma. Los récords de temperatura han sido batidos una y otra vez en los pasados años. Una sequía prolongada combinada con veranos cada vez más largos y cada vez más asfixiantes es una perspectiva que pone los pelos como escarpias.

Pero para todo hay solución. Tenemos un arma secreta contra la sequía: tú mismo. Cada uno puede hacer, sin gran esfuerzo, muchas cosas para reducir el consumo de agua todavía más, a un punto en que podamos evitar las restricciones y pasar la temporada seca sin despeinarnos ni agobiarnos. Ahí van las cuatro medidas fundamentales para no desperdiciar ni una sola gota de agua y sacarle el máximo provecho posible.

Nota previa: si tienes un jardín de regulares dimensiones o una terraza con muchas plantas, tu consumo de agua puede ser mucho mayor que en un piso con unos pocos tiestos. Si es tu caso, necesitas información más concreta sobre cómo mejorar la eficiencia del riego.

Primer paso: reparar averías y cortar fugas

Encuentra el contador de agua (a veces no es fácil) y anota la cifra de consumo que marca. Contrólala de vez en cuando y detecta posibles fugas. Examina con detalle dos puntos débiles de la red doméstica, la cisterna del inodoro y los grifos. Si descubres una fuga importante, avisa a tu compañía suministradora de agua. Si la fuga parece accesible, llama al fontanero y haz la reparación, que no suele ser difícil ni costosa.

Si tienes presión suficiente, un truco general es cerrar ligeramente la llave de paso.

Segundo paso: instalar la tecnología apropiada

Se trata de colocar perlizadores de mezcla de aire con agua en grifos, cisternas de doble tecla en el WC y otros artilugios. Consulta en tu tienda de fontanería. Son elementos baratos y fáciles de instalar por lo general. Si vas a cambiar de lavadora o lavavajillas, compra el modelo más eficiente en el consumo de agua, fíjate en la etiqueta correspondiente.

Tercer paso: reciclar el agua

Hay muchas posibilidades. El agua de cocer las verduras puede ir a los tiestos como abono. El agua que corre hasta que se calienta la ducha, recogida en un cubo, también sirve para regar o para el WC.

Cuarto paso: practicar el hábito del cierre rápido

A la hora de fregar cacharros, lavarse los dientes, ducharse o lavarse las manos, se trata de abrir el grifo lo imprescindible. Por ejemplo: puedes afeitarte perfectamente usando el equivalente de medio vaso de agua, no hace falta que limpies continuamente la maquinilla bajo el chorro del grifo.

En general, conviene recordar que el agua corriente, potable y fresca en todas las casas, a un giro de llave de grifo de distancia, es una gran conquista de la civilización. Todavía mucha gente, en muchas partes del mundo, tiene que acarrear el agua para todo el día en una pesada cántara, a kilómetros de distancia. Respeta el agua, cuídala: no la podemos sustituir con nada.

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