Con negritas

Ramírez Pomatta da cancha a empresarios cercanos al PP

Aprovechando el barullo de las fiestas navideñas, JOSÉ MARÍA RAMÍREZ POMATTA ha puesto patas arriba el puente de mando de Mutua Madrileña. De un papirotazo, se ha deshecho de su vicepresidente, LUIS RODRÍGUEZ DURÓN, y de todos los miembros de la Ejecutiva, que han sido confinados sin ningún miramiento en otras comisiones de menor cuantía.

No es éste el primer movimiento importante que se produce últimamente en la cúpula de Mutua Madrileña. El director general, JUAN MANUEL ORÚE; el corporativo, JUAN JOSÉ BRUGUERA; el del área aseguradora, JUAN LÁZARO, y el del área inmobiliaria, MIGUEL TAUS, se han ido descolgando del proyecto a lo largo de los cinco años que lleva en la presidencia Ramírez Pomatta.

Pero si la mayoría de estas bajas tenían su explicación en razones básicamente profesionales, el reciente cambio de responsabilidades de buena parte de los consejeros encierra otras implicaciones.

La sustitución de Rodríguez Durón por JOSÉ CARLOS MARTÍNEZ, un histórico de la casa próximo a la jubilación, parece una simple cortina de humo que pretende difuminar la significativa llegada a la Ejecutiva de ARTURO BALDASANO, un empresario cuyo sueño incumplido es reinar en el palco del Real Madrid, y del aristocrático MIGUEL CORSINI.

Baldasano vivió de cerca el contubernio entre el Gobierno de AZNAR y la Telefónica de JUAN VILLALONGA para organizar un potente grupo de comunicación al servicio del Partido Popular. En aquella época se sentó en los consejos de Telefónica Media, Antena 3 y Vía Digital. Hoy es, junto al locutor de la COPE  FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS y su socio ALBERTO RECARTE, uno de los tres accionistas de referencia de Libertad Digital, bastión mediático de la derecha más recalcitrante.

Mayor calado político tiene el nombramiento de Corsini. Fue presidente de Renfe entre 1996 y 2004 y, tras la derrota electoral del 14-M, buscó cobijo a la sombra de su buena amiga ESPERANZA AGUIRRE, que lo ha utilizado desde entonces como punta de lanza para abrirse paso en las organizaciones patronales. Actualmente es vicepresidente de CEIM y de la Cámara de Comercio de Madrid y miembro de la Junta Directiva de CEOE. Forma parte de la retaguardia de empresarios con experiencia dispuestos a saltar a primera línea en el caso de una victoria de MARIANO RAJOY en los comicios de marzo.

El acceso de Corsini al cargo que ocupa en la Cámara de Comercio de Madrid se produjo en plena refriega entre Comunidad y Ayuntamiento por la designación de LUIS EDUARDO CORTÉS al frente de Ifema. Éste debía ser propuesto por el presidente de la entidad cameral, SALVADOR SANTOS CAMPANO, cuyas dudas despertaron las iras de Aguirre, promotora de la candidatura. Al final, tuvo que dar su brazo a torcer y, para ablandar a la "lideresa", optó también por Corsini como segundo suyo.

La trayectoria de éste no ha estado exenta de polémica. Durante su gestión en Renfe fue piedra de escándalo por la adjudicación de obras de la línea de alta velocidad entre Madrid y Barcelona a Corsán y Typsa, dos empresas vinculadas a su familia. De Corsan, fundada por su tío JACOBO, eran administradores dos primos hermanos de Corsini. Typsa, a su vez, estaba controlada por Corsan. El importe de los trabajos adjudicados a ambas superaba los 5.500 millones de pesetas.

De impecable presencia, la punta del pañuelo asomando siempre por el bolsillo superior de su chaqueta, testa de patricio romano, Corsini tiene un porte que no desmerece en absoluto de la nobleza con la que está emparentado. Es el marido una de las hijas de NICOLÁS COTONER, marqués de Mondéjar y preceptor del Rey, que lo consideraba su segundo padre. Mantiene, por ello, unas buenas relaciones con la Casa Real.

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