Con negritas

SOS afronta su futuro sola o en compañía de otros

Después de haberse batido el cobre durante año y medio para evitar que SOS se fuera a pique, su actual presidente, MARIANO PÉREZ CLAVER, no está dispuesto a que el primero que llegue ahora se alce sin más con el santo y la limosna. El gigante alimentario español, propietario de marcas tan renombradas como Koipe y Carbonell, necesita con urgencia una inyección dineraria de 200 millones de euros para enderezar sus cuentas, muy quebrantadas por la turbia gestión de los hermanos JAIME y JESÚS SALAZAR.

Del núcleo duro de accionistas, sólo Caja Madrid, que se vio obligada a tomar las riendas de SOS en la primavera del año pasado, se ha comprometido a apechugar con la parte que le corresponde (el 15,61%) de la ampliación aprobada en la última junta. Unicaja, Cajasol y Caja Granada, cuyas participaciones suman casi una cuarta parte del capital, todavía no han dicho esta boca es mía, cosa comprensible porque, de un tiempo a esta parte y salvo honrosas excepciones, las cajas de ahorros españolas no están para nada.

Pérez Claver, sin embargo, se ha propuesto conseguir que los 200 millones sean cubiertos mayoritariamente por los mismos socios, para evitar que se cruce en su camino alguien interesado en controlar SOS a cambio de poner el dinero que hace falta. Uno de ellos podría ser ANTONIO LUQUE, director general de la cooperativa andaluza Hojiblanca, que no ha ocultado su deseo de mandar si consigue la financiación necesaria para acudir a la ampliación, ardua tarea en la que cuenta con el apoyo de la Junta.

Esta opción es vista con recelos por Pérez Claver, que en unas recientes manifestaciones se mostró contrario a la integración vertical de productores y comercializadores por las ineficiencias que puede generar. "Cada uno en su casa y Dios en la de todos", dijo textualmente el presidente de SOS, lo que ha sido interpretado como un aviso de las resistencias que encontraría Hojiblanca en el caso de que persistiera en su empeño.

Pese a ello, Luque sigue trabajando para presentar una oferta apoyada por el mayor número posible de cooperativas, incluso de fuera de Andalucía. Su gran adversario potencial es la multinacional estadounidense Bunge, contra la que tendría poco que hacer aunque sólo sea porque multiplica por diez su tamaño.

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