Crónicas insumisas

Juego sucio entre EEUU y Rusia en Ucrania

Tica Font, Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz y miembro del Centre Delàs d’Estudis per la Pau.

En los últimos días diversos artículos se han hecho eco de la noticia revelada por el periódico alemán Bild am Sonntag, citando fuentes de los servicios secretos alemanes, de la presencia en Ucrania de unos 400 mercenarios de la empresa norteamericana Academi, relacionada con la hoy extinta Blackwater. Según un comunicado de la empresa, estos trabajadores no son de Academi y no tienen ninguna relación con la antigua Blackwater ni con su anterior propietario Erik Prince.

Las declaraciones realizadas no desmienten el hecho de que el Pentágono o la OTAN o el gobierno ucraniano, haya contratado a una o diversas Empresas Militares y de Seguridad Privada, en todo caso solo dejan dudas acerca del nombre de la empresa contratada. Estas empresas ofrecen servicios diversos como formación y entrenamiento militar y policial, construcción de bases militares y su mantenimiento en cualquier parte del mundo, servicios de inteligencia, contrainteligencia, operaciones especiales, asesoramiento estratégico y técnico a gobiernos y militares, gestión de conflictos, transiciones políticas, etc. Estas empresas disponen de personal especializado, generalmente ex-militares y están dotadas con armamento pesado. En definitiva, empresas con capacidad suficiente para actuar en el "campo de batalla" o en situaciones posbélicas, podemos decir que son ejércitos privados preparados para actuar en donde se les requiera y para llevar a cabo operaciones de alto riesgo.

Una de estas empresas, MPRI, durante algunos meses adiestró al incipiente ejército croata, como resultado en 1995 el ejército croata llevó a cabo una ofensiva militar, llamada "operación tormenta" con el objetivo de recuperar la Krajina, una extensa zona ocupada por serbocroatas. La operación duró cinco días, en ella se cometieron ejecuciones sumarias, asesinatos indiscriminados, desapariciones forzadas, incendios y saqueos de aldeas y la deportación de 250.000 serbocroatas. Los militares croatas fueron juzgados y sentenciados por crímenes de guerra por un tribunal internacional adhoc.

Una o varias de estas empresas están ahora en Ucrania formando y diseñando operaciones policiales y militares contra milicianos separatistas pro-rusos. Los  mismos servicios secretos alemanes también han filtrado la presencia de agentes de la CIA i del FBI norteamericanos en Ucrania coordinando a los propios agentes del país a reprimir la rebelión que tiene lugar en el Sur y Este del país.

El gobierno norteamericano no hace comentarios al respecto, pero la experiencia en el uso de estas empresas de mercenarios en Irak y Afganistán para llevar acabo aquellas tareas de guerra sucia que bordean la ilegalidad o que claramente son ilegales forma parte de la nueva manera de hacer la guerra. La contratación de estas empresas comporta impunidad jurídica ante sus actuaciones por graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario y comporta impunidad política. El gobierno que las contrata no asume los costes de los escándalos que generen las barbaridades o crímenes de lesa humanidad que se cometan.

En las provincias sublevadas del Este del país también están presentes paramilitares procedentes de Rusia ayudando a los separatistas pro-rusos en la formación de milicias, adiestrarlas en estrategia y tácticas de combate y les ofrece apoyo logístico y armamento.

Oficialmente Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia no contemplan el uso de la fuerza, es decir, no contemplan la posibilidad de una guerra abierta. Lo cual no significa que todos estén dando apoyo militar a cada fracción para que intenten ganar posiciones mediante el uso de la fuerza armada.

Algunos analistas sugieren que Washington busca provocar una invasión militar rusa en el sudeste de Ucrania con el objetivo de crear una situación similar a la que se produjo en Afganistán que comportaría un movimiento armado de resistencia a la ocupación rusa. También puede suceder que los enfrentamientos prosigan y el conflicto se alargue en el tiempo mientras Rusia y el bloque UE/EEUU encuentran una solución propicia a sus intereses. Mientras tanto los únicos perdedores será la población.

Más Noticias