Crónicas insumisas

10 recomendaciones para cubrir una guerra

Tica Font, Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz y miembro del Centre Delàs d’Estudis per la Pau.

La internacionalización de la guerra en Siria se ha mostrado más crudamente durante los últimos días, con la incorporación de Rusia en los bombardeos. La cobertura mediática de lo que está sucediendo se nutre de fuentes de agencias internacionales, escaseando las fuentes informativas internas, locales y las que no sean gubernamentales. En una guerra la estrategia comunicativa de la misma se rige por pautas establecidas como que cada actor maximiza sus resultados y minimiza los daños sufridos, no dar a conocer información útil al adversario e intentar influir en la opinión pública sobre el desarrollo del conflicto. Cada parte en conflicto busca a través de las noticias la adhesión a su causa y el repudio a su adversario. La guerra también se lleva a cabo a través de los medios de comunicación.

Siendo conscientes de la escasez de recursos de los medios para destinar personas a trabajar sobre el terreno o de la escasa disponibilidad de especialistas con tiempo para formarse y profundizar en su trabajo, recojo las 10 recomendaciones elaboradas en un debate con un grupo de periodistas para el tratamiento de conflictos bélicos.

1- Dar voz a todos los actores y promover la comprensión entre las partes implicadas. Favorecer el dialogo. Que el medio de comunicación no solamente dé voz a "los nuestros" o a "nuestros aliados", mostrar la complejidad y las demandas de todas las partes. Diferenciando claramente entre agresor y agredido. No solamente hay que recoger las declaraciones o acciones de los dirigentes, hay que recoger las visiones de otras partes, pluralidad de posiciones.

2- No deshumanizar a ninguna parte. Hay que hablar de las víctimas y de los victimarios. Todos los actores son humanos con independencia de que sus acciones puedan ser criminales, en todos los bandos hay víctimas y victimarios. Humanizar los actores hace más difícil acometer acciones crueles y justificarlas.

3- Mostrar el conflicto en su complejidad, mostrar la violencia y sus efectos, tanto visibles como invisibles, ocupándose de las causas que lo han generado. Es importante no centrarse solamente en la más estricta actualidad de la batalla, es necesario abrir focos periodísticos y contextualizar la situación; un buen articulo tiene que ser capaz de explicar las causas de la situación actual, aportar datos y abordar el drama humano. Hay que explicar los intereses que cada parte mantiene en el conflicto, sean de índole económica, geoestratégica o política, explicar cómo se alimenta el conflicto, cómo se financia; y todo ello sin abandonar el drama humano. No hay que olvidar narrar la aportación que nuestro Gobierno lleva a cabo en una parte del conflicto y las razones por las que lo hace.

4- Huir de análisis simples. Las guerras y los conflictos no son simples. El éxodo de sirios en las fronteras europeas y la avalancha informativa podría acabar dividiendo a las personas entre migrantes buenos (los refugiados sirios), a los que podemos recibir en casa, y migrantes malos que no queremos que lleguen para que no aumenten el paro o reduzcan prestaciones sociales, sin tener presente que puede que un pueblo no cierre la escuela o el CAP por la llegada de una familia con dos niños. Hay que explicar la complejidad del proceso migratorio, sus razones y sus causas, ahondando en las razones de lo provocan.

5- Evitar el lenguaje de las partes combatientes y de sus aliados. Las guerras también se llevan a cabo en los medios de información, en la propaganda que transmiten, con la elección de los hechos que se narran y los hechos que se ocultan, enfatizando unos asuntos por encima de otros o con la elección de las palabras que se utilizan; bombardear un hospital o un mercado si lo lleva a cabo el contrario es un acto criminal, cuando lo comete un aliado es un daño colateral. Para el Gobierno nazi alemán las acciones de sabotaje eran actos terroristas, las mismas acciones a la luz de los vencedores eran actos de resistencia heroicos. Para una parte del conflicto un grupo armado es definido como un grupo terrorista, para otra parte del conflicto el mismo grupo es clasificado como de liberación. El periodista no es un propagandista, sus trabajos han de informar y ayudar a contextualizar los hechos acontecidos sin partidismo. Para los actores del conflicto mentir es una necesidad. Cuanto menos esté informado el adversario, mejor, decir la verdad es una traición a la causa. Esa es la lógica comunicativa, antítesis de lo que tiene que ser el trabajo de un periodista.

6- Mostrar a gente de base que trabaja por la paz, no solamente a dirigentes. Mostrar los esfuerzos de la sociedad civil que atiende a víctimas o trabaja por mejorar la vida cotidiana o el entendimiento entre partes enfrentadas. Los líderes políticos y militares están atrapados por la dinámica de la guerra. Ampliar el foco informativo, no solamente a las élites, sino también a grupos sociales de base aumenta la presión sobre los líderes a buscar caminos de acuerdos con el contrario.

7- Visibilizar iniciativas positivas. La noticia suele ser la violencia ejercida por alguna de las partes, generando una percepción negativa, de muerte, destrucción, violación de derechos humanos o éxodos masivos. En medio de todo ello las personas son capaces de llevar a cabo iniciativas solidarias y humanas que hay que hacer aflorar.

8- Evitar el sensacionalismo, los mensajes belicistas, racistas, xenófobos o sexistas. Elevar los índices de lectura o audiencia no ha de ser el criterio para establecer la narrativa de una noticia. Necesitamos reflexión, comprensión y posicionamientos ante acontecimientos duros y violentos, no necesitamos proclamas ni visiones reduccionistas.

9- Nombrar siempre las fuentes de información. Hay que tener en cuenta que cada parte y cada agencia informa de acuerdo a sus intereses. Disponer de terceras fuentes enriquece la visión del conflicto. Si la información proporcionada se produce bajo censura o imposición o no se puede contrastar la información presentada, hay que darlo a conocer al lector. La credibilidad del periodista radica en el origen y fiabilidad de lo que transmite. El público tiene derecho a saber si la información facilitada es fruto de un trabajo periodístico sin trabas o es fruto de imposiciones o censuras.

10- No abandonar la cobertura después del cese del fuego. Después de un cese de las hostilidades o el inicio de una negociación, hay que seguir informando. Cuando se acaba la violencia física, hay que curar las heridas, reconstruir las infraestructuras y la convivencia ciudadana. En días pasados se informaba de la crisis humanitaria de los refugiados en las fronteras europeas y se dejó de hablar del conflicto en Siria; estos días hablamos solamente de las intervenciones militares en territorio sirio y se ha dejado de hablar de la situación de los refugiados.

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