Crónicas insumisas

Un ejército europeo una solución

Tica Font, Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz

Por alguna inusual razón uno de los aspectos que la construcción de un Estado catalán produce, es el debate sobre si Cataluña tendría que tener ejército o no.

Los partidarios del sí, alegan razones de "normalidad", todo país "normal" o todo país que se precie tienen ejército y por tanto Cataluña tendría que desarrollar un ejército propio. En este sentido normalizar o crear un estado normalizado, es equivalente a crear y a desarrollar todos aquellos aspectos o instrumentos que a lo largo de estos últimos siglos han desarrollados los Estados modernos y participar en todos los foros que corresponda, incluida la OTAN.

Puestos a crear un Estado merece la pena no replicar miméticamente los estándares de otros estados europeos, puede ser conveniente proponer un estado más acorde con los retos actuales globales sin ciertos lastres que tienen los estados actuales.

Los que defienden el no a un ejército son variopintos, muchos de ellos son pacifistas y lo plantean en términos holísticos de noviolencia, otros lo plantean en términos de seguridad, es decir, como primera premisa plantean abordar los riesgos y amenazas recogidos en la Estrategia Europea de Seguridad (2003, 2008 y 2016), dando por sentado que no cuestionan dichos riesgos y amenazas a la seguridad lo que plantean es debatir las políticas que seguridad que hay que desarrollar para hacer frente a dicho riesgos y amenazas y en segundo lugar plantean el debate sobre los mejores instrumentos para abordar dichas amenazas.

En resumen la Estrategia Europea de Seguridad recoge las amenazas a la seguridad europea en el orden siguiente. La proliferación de armas de destrucción masiva, tanto en manos de terroristas como en manos de ciertos estados se definen como un peligro para la seguridad mundial, por ello los esfuerzos se centraran en evitar que nuevos estados tengan la capacidad de fabricar armas atómicas. El terrorismo, respecto del cual se reconoce que la UE ha actuado con decisión para proteger a la sociedad. Ven como necesario redoblar los esfuerzos contra la radicalización de ciertas ideologías extremistas ligadas al islamismo que fomentan la violencia. La delincuencia organizada, se afirma que se han de profundizar las asociaciones de seguridad interior entre los países europeos, mediante una política de mayor coordinación e integración de los cuerpos policiales y judiciales, poniendo especial celo en los movimientos de personas. La ciberseguridad, pues este es un punto débil de las economías modernas que dependen en gran medida de infraestructuras vitales como transportes, comunicaciones y suministro de energía. Ámbito que se debe reforzar para evitar ciberataques. La seguridad energética, existe una gran preocupación por la dependencia energética, sobre todo de la energía fósil y por la inestabilidad de los países proveedores. En este sentido se hace una apuesta por la diversificación de los combustibles, de las fuentes de suministro y de las rutas de tránsito, también por el buen gobierno y el respeto al estado de derecho en los países de origen. El cambio climático, se percibe como un multiplicador de amenazas por catástrofes naturales, degradación del medio ambiente y competencia por recursos naturales; todo ello puede exacerbar la situación de pobreza, dando lugar a crisis humanitarias, políticas y de seguridad que producirán conflictos que afectarán a las rutas comerciales de los recursos y produciendo migraciones que pueden alcanzar a Europa.

Los que alegan que no es necesario tener un ejército catalán, alegan que para hacer frente a las amenazas anteriormente descritas, se necesitan instrumentos de carácter socioeconómico, policial, judicial o de inteligencia pero no de índole militar.

Entre uno y otro de estos debates, cabe un tercer debate fuera del ámbito estrictamente catalán y es un debate en contexto de la Unión Europea. Con la salida de Inglaterra de la UE, la crisis económica y la crisis de los radicalismos xenófobos en Europa, sería conveniente abrir el viejo debate europeísta; sería el momento de construir más Europa en términos sociales, políticos, fiscales, etc. En este contexto, una vez Inglaterra se ha ido sería conveniente debatir la propuesta de que la UE se dote de un ejército para todos, es el momento de abordar que no tiene sentido tener una Europa con 27 ejércitos dotada con 1.600.000 militares y con capacidades plenas de actuar todos por separado. Políticamente conferiría más unidad tener un solo ejército, aunque formado con las partes de lo que aportan los países miembros, sería más económico ya que no habría que tener capacidad plena con 27 ejércitos sino con uno solo, representaría un desarme, ya que sobrarían armas de las que actualmente se poseen, liberaría recursos para adaptar el ejército al vector tecnológico y requeriría menos personal.

En este nuevo escenario caldaria replantear las relaciones militares con Estados Unidos a través de la OTAN.

En el caso de que Cataluña se convierta en un estado y no teniendo ejército como actualmente no tiene, en este nuevo escenario de construir un ejército europeo, Cataluña podría contribuir a la seguridad europea con personal para unirse a este ejército europeo y aportar fondos para sufragar la defensa europea en la parte que le corresponda.

Puestos a ser pragmáticos se puede buscar una solución que no cuestiona nada pero que puede resultar más eficiente.

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