Crónicas insumisas

Kichi, Podemos y armamentismo

Pere Ortega, Centre Delàs d'Estudis per la Pau

Jordi Evole, excelente periodista, dedicó un programa de Salvados a las ventas de armas españolas en Oriente Medio, y especialmente a las exportaciones que tienen como destino Arabia Saudí, entre las que figura una posible venta de cinco corbetas que, de firmarse el contrato tendrá que construir Navantia por un importe de 2.000 millones. La controversia que pretendía evidenciar el programa, surgía por el hecho de que Arabia Saudí es una dictadura corrupta, que no respeta los derechos humanos de sus súbditos (que no ciudadanos), y que además las ventas de armas a esa monarquía vulneraba la Ley de armas española, la Posición Común que sobre esta misma cuestión tiene la UE, como también el Tratado Internacional de Armas. Leyes y tratados destinados a impedir ventas de armas a países que están en guerra, y Arabia Saudí lo está en Yemen, además de estar implicada en ayuda a los grupos rebeldes en la guerra de Siria.

Entre las diversas entrevistas que Evole llevó a cabo, habló con el alcalde de Cádiz, José María González Santos, Kichi, uno de los líderes de Podemos de Andalucía. Ciudad donde Navantia tiene astilleros que deberán construir algunas de esas corbetas. En esa entrevista, el alcalde, ante las preguntas incisivas de Evole, sobre sí era partidario de la firma del contrato con Arabia Saudí, defendió la construcción de las corbetas, bajo el argumento de que éstas aportarán carga de trabajo a una población donde existe un 30% de paro, sin dar crédito, como había dicho otro entrevistado anterior, que vulneran la ley o puedan ser utilizadas en violar los derechos humanos de otras poblaciones.

Fue un argumento pobre, triste y lamentable. Pobre, porque no es toda la verdad que Navantia con la fabricación de buques de guerra palie el paro, quizás sí en Cádiz o Ferrol (ciudad dónde está el otro astillero de Navantia), pero en cambio contribuye al paro en el resto del Estado. Porque Navantia, es una empresa que siempre a lo largo de su historia ha tenido pérdidas, y como se trata de una empresa 100% pública, sus pérdidas se palían con las rentas de trabajo que pagan el resto de españoles, y por tanto, lo que es bueno para los trabajadores de Navantia es nefasto para el resto de trabajadores, pues destruye inversión del Estado en otros lugares. Navantia, por si no lo sabe Kichi u otros lectores, en los últimos quince años, entre 2001 y 2015, ha tenido pérdidas por valor de 3.624 millones de euros (según balances en el Registro Mercantil).

Triste, porque quizás los obreros y sindicatos de Navantia no se sientan solidarios con los trabajadores de Yemen que sufren bombardeos de Arabia Saudí. Pero Kichi, un alcalde que surge de los movimientos sociales, que en su anterior activismo acudía a manifestaciones pacifistas y que hoy milita en Podemos, extraña que no haya cantado en alguna ocasión la Internacional, donde se proclama la solidaridad con todos los pobres de la tierra, y en ese sentido, no se declare internacionalista y solidario con todos los oprimidos sean o no gaditanos.

Lamentable, porque el alcalde de Cádiz, debería tener alternativas para crear ocupación en lugar de revindicar fabricar armas en Navantia, y no se le ocurra, que en lugar de construir barcos de guerra se puedan construir barcos de pesca. Es decir, que no piense que es posible poner en marcha planes de conversión en Navantia y pasar de la producción militar a producir bienes civiles. Que no se preocupe en buscar complicidades de ayuntamientos de la zona, Diputación, Comunidad Autónoma, diversos Ministerios, colegios profesionales, universidades, sindicatos y movimientos sociales, y entre todos, hacer planes de conversión; o en su lugar, planes de desarrollo para la comarca, para que, en el caso de que el cierre de Navantia sea inevitable, no se produzca una depresión en la zona. Además, ¿Kichi se ha preguntado cuántos puestos de trabajo se podrían crear con la pasta que cada año pierde Navantia?, repito, 3.624 millones en quince años.

Entonces vías de solución claro que las hay, la conversión de industrias militares se han llevado a cabo de manera programada después de cada una de las guerras mundiales en muchos países; después de la guerra fría, en toda Europa, con especial énfasis en Alemania, países del Este y en Rusia. Y en España después de la guerra civil también.

Además, lo mismo que hablamos de producción militar, también podríamos hablar de industrias altamente contaminantes con el medio ambiente y tantas otras que ponen en peligro la supervivencia del planeta. Seguro que el alcalde de Cádiz y Podemos han pensado en ello y tienen alternativas. Entonces un poco más de coherencia con la transformación social que predican.

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