Crónicas insumisas

EEUU y los mares de la China

Tica Font, Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz

La guerra de Siria representa el final de un orden internacional unipolar, Estados Unidos está perdiendo su hegemonía mundial, Rusia planta cara a Estados Unidos y vuelve a la arena internacional reivindicando su papel de potencia al mismo tiempo que surgen países emergentes como China que se están configurando como una potencia.

En los últimos años el centro de gravedad político o geopolítico se ha ido desplazando hacia Asia, en donde China y alguna otra potencia como India o Japón van a definir en las próximas décadas las prioridades, las conflictividades mundiales. En la región asiática es donde se dirimirán los intereses y controversias territoriales, el acceso a recursos naturales críticos para la economía y en donde Rusia y China se alinearan para cuestionar la supremacía mundial de Estados Unidos. Sin embargo la alianza de Rusia y China puede ser débil debido a los desequilibrios crecientes entre ambos y las divergencias de intereses en el Asia Central.

En las últimas décadas el objetivo estratégico chino más importante ha sido el de mantener su crecimiento económico, China se ha convertido en la gran fábrica del mundo y por ende en el mayor consumidor de recursos naturales del mundo, lo cual condiciona su política exterior y su política de seguridad haciendo que su prioridad esté marcada por la necesidad de asegurarse el aprovisionamiento de materias primas y el acceso comercial a todas partes del mundo al que vender sus productos.

En este sentido asegurarse el suministro energético y asegurarse sus rutas de tránsito, pasa por tener buenas relaciones o relaciones comerciales prioritarias con los estados del Asia Central, el Mar Caspio, el Sudeste Asiático y Oriente Medio. A través de inversiones en infraestructuras en los países de estas regiones China intenta asegurarse el acceso a las materias primas que necesita su potente industria; ahora bien estos intereses chinos coinciden con los intereses de Rusia, Estados Unidos, India o Japón, lo que confiere inestabilidad a la región.

La tensión en la región aumenta debido a las actuaciones estratégico-militares chinas. Desde hace algunos años el presupuesto de defensa chino está aumentando espectacularmente, el gobierno está modernizando su equipamiento y capacidades militares, está desarrollando la industria militar en las áreas más relevantes: marítima, aeroespacial, nuclear y tecnologías de la comunicación y está promoviendo la venta de armas modernas como parte de sus alianzas comerciales. En los últimos años China aparece entre los cinco primeros puestos en incremento de presupuesto militar y en adquisiciones y ventas de arma, se ha dotado de aviones de combate, de drones, portaviones o submarinos de ataque, todas ellas armas ofensivas, no defensivas; la consecuencia de esta política de rearme china podría comportar una especie de carrera de armamento en países vecinos. De hecho en los últimos años India, Vietnam o Filipinas están incrementado de manera sustantiva su presupuesto de defensa y sus adquisiones en armamento moderno.

Públicamente las autoridades chinas manifiestan que sus actuaciones en el terreno militar pretenden modernizar sus capacidades y que el incremento de su poder militar se debe a que buscan proteger sus intereses y garantizar la seguridad del acceso a los recursos energéticos y materias primas. Pero de hecho podemos observar que llevan un política expansionista no tan pacifica, o por lo menos sus vecinos no lo consideran pacifico. El gobierno en los últimos años la línea estratégica de seguridad la ha centrado en el Mar Meridional de la China.

Los archipiélagos de islas, islotes, atolones, bancos de arena o cayos del mar de la China Meridional son motivo de disputa territorial ente los diversos países con zona costanera que lo conforman China, Taiwán, Filipinas, Malasia, Brunei, Indonesia y Vietnam. Todos ellos reivindican la propiedad de los mismos, ahora mismo estos islotes y arenales están en aguas internacionales, pero China actúa como si fueran territorio Chino, como si estuvieran situados en sus aguas territoriales.

La importancia de estos islotes y de la reivindicación china, estriba en que estos pasarían a ser aguas territoriales chinas y dejarían de ser aguas internacionales (como o está siendo actualmente), lo que permitiría a China controlar la navegación marítima, entre el 40 y 50% de la navegación mundial de mercancías, incluido el petróleo que consumen los países asiáticos, navegaría por aguas territoriales chinas, lo que le confiere un gran poder sobre el comercio mundial.

La importancia estratégica de estas islas ha llevado a China a construir en ellas islas artificiales con bases militares y bases submarinas, como la construcción de pistas de aterrizaje. Según Estados Unidos, China podría estar instalando en estas islas sistemas de radares y de misiles y todo ello sería el paso previo para declarar las islas zona de exclusión.
Enjulio de este año el tribunal internacional de arbitraje falló contra China en una demanda presentada por Filipinas sobre la soberanía de parte de estas zonas marítimas, a pesar de ello China sigue la construcción y no respeta la sentencia.

Tanto EEUU como países de la zona se refieran a las instalaciones que llevan a cabo los chinos como "la gran muralla de arena" y alertan de que dichas infraestructuras podrían servir con propósitos militares o para apuntalar sus reclamaciones territoriales.

China por su parte acusa a EEUU de provocación a sus intereses por la presencia militar de EEUU en este Mar de la China Meridional y sus constantes patrullajes de portaaviones o de maniobras militares con otros países de la zona.

El mar de la China se ha convertido en una zona de alto potencial de conflicto armado. Las tensiones por la propiedad de estos islotes están subiendo peligrosamente de tono. En el fondo asistimos a un pulso entre China y EEUU por el control de esta zona o un pulso para que China no se haga con el control de estos mares, ambos se acusan de querer militarizar el área del pacífico. Pero de hecho la escalada de tensión con Corea del Norte está siendo utilizada para militarizar la zona y para que Estados Unidos introduzca más fuerzas militares en los mares y en países que sienten tensión con China.

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