Culturas

La sorpresa se hace silencio

UNO DE LOS NUESTROS// PEIO H. RIAÑO 

Había uno en una calle angosta y muy oscura, justo debajo de la única lámpara que la iluminaba. Un espejo como un azulejo, con un dibujo recortado a base de cinta aislante. Pasé un par de veces sin darme cuenta del asunto, no sé. Pero el dibujo estaba allí, en aquella pared, sin hacer ruido, agazapado para quien no tuviera prisa. La luz de la farola en el espejo con tamaño de azulejo proyectaba una sombra sobre el muro de enfrente. Era un dibujo que sólo aparecía de noche. Mágico. Tenía su firma, un diapasón. Al principio, veíamos un yo y le dimos mil argumentos del tipo "es su palabra prohibida". Con los años conocí a ELTONO y me lo aclaró, un diapasón retorcido. Lo curioso es que llegó a cambiar hasta nuestro itinerario y ya sólo pasábamos por allí para disfrutar unos segundos del efecto.

Chisssssst
Entró en la cadena del mercado del arte hace 10 años. Era una galería, y pronto se animarían las instituciones públicas. De hecho, la exposición colectiva Pintura mutante, en el MARCO de Vigo, le invitó como un representante más de la nuevas intenciones de la vieja disciplina. Ya le consideren pintor o grafitero, él dice que lo suyo es street art, arte de la calle, para cualquier espectador, sin estridencias ni griteríos. Entre todo ese ruido al que se somete la acera, con neones, publicidades y ofertas, todavía se hace oír. En silencio, para quien quiera verte, no para que te vean.

En la noche
No transformar, no alterar, no aterrar. Podrían ser los principios que sigue ELTONO en su ritual, para aparecer con cuidado. Primero, ruta por la ciudad. Hay que seleccionar una puerta sobre la que actuar con brochas y pinturas acrílicas. La ortodoxia del spray se acabó hace tiempo. Por ejemplo, TVBOY trabaja en Barcelona con pegatinas. Las nuevas leyes también tienen que ver en la evolución del arte urbano. Segundo, la puerta debe estar abandonada y ser de madera (hace dos años pintó 150 puertas de Puerto Lumbreras, en Murcia). Tercero, algo propio de los márgenes de la ley, de noche y con calma.

En el centro
ELTONO es el relevo de la espantajería garabateada en la pared. MUELLE no lo era, pero él llegó a todo lo que podía ofrecer el grafiti a granel. Muchos años después la necesidad artística hizo acto de presencia y ahora están en la duda de cómo meter la espontaneidad en una galería, con fines comerciales. Así llegamos a Londres, donde ELTONO aterrizó hace unos días en la ciudad con NURIA, NANO y 3TTM (si les llamamos sus discípulos no quedaremos nada bien), para darle al barrio de la Tate Modern una manita de alegría durante cuatro noches. Los comisarios de todo este estupendo follón dicen que Barcelona y Madrid son la madre del cordero en arte urbano... hasta que Londres abrió su corazoncito (de) plástico a esta disciplina e invirtió en él todas sus expectativas de nuevo mercado.

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