Culturas

Misión blanca

¿? // JOSÉ LUIS GARCÍA SÁNCHEZ

Hay que ver la afición que tiene el catolicismo por el cine. Unas veces para prohibirlo, para condenarlo como aberración. Otras para utilizarlo como plataforma catequística. Ahora como medio publicitario para pedir ayuda.
Antes era peor. Antes la iglesia, además de pedir dinero con cepillos, huchas, cestas, concordatos, etcétera... usaba el cine en plan artístico.

Había curas guionistas, productoras de la iglesia, cineclubs evangelizadores... Había hasta curas actores. Uno, incluso, especializado en hacer de sacerdote facha con la ventaja que supone el ser depositario de la verdad.

Ojalá se conformen con hacer spots para pedir dinero y un poco de radio para oponerse al progreso.

¿Se imaginan si se ponen a hacernos sitcoms de misioneros bautizando a los negritos que llegan en patera, in articulo mortis, con resplandores celestiales y coros arcangélicos... O si unas abnegadas, simpáticas y juveniles monjitas se ponen a combatir musicalmente la interrupción del embarazo ajeno... O si hacen una serie a base de chavales marroquíes conversos en el suburbio... O un Gran Hermano en un convento de clausura...

El problema que tienen es que ahora que están llenas las escuelas de cine, se les han vaciado los seminarios. Y así, ¿quién va a hacer las películas?

Hasta la radio se la tienen que encargar a unos seglares, y, entonces, pasa lo que pasa...

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