Culturas

Libros, lectores, dinero

MARTÍN CASARIEGO // DE AQUÍ PARA ALLÁ

Hay mucha gente que no lee con la excusa de que los libros son caros. En realidad son baratísimos, si pensamos en lo que cuestan y el tiempo que se tarda en leerlos. Además, hay ediciones de bolsillo, promociones en los periódicos, bibliotecas que los prestan gratis...

Baratos
La gente que no lee es porque no quiere, pues si cuesta algo es esfuerzo, no dinero. Por eso en la última Feria del Libro de Madrid, con muchos días de lluvia y entrando en una crisis económica que ya notamos casi todos, han aumentado las ventas. Los libros siguen con su mala salud de hierro de costumbre. Lo que no sabemos es si siempre será así. Veo en el horizonte dos peligros: la educación de los ciudadanos y la forma de editarlos.

Alardear
Es muy respetable que quien no quiera leer no lea, faltaría más, pero me parece triste que se presuma de ello. Tengo la impresión de que antes la gente inculta se avergonzaba de su condición, mientras que ahora muchos alardean de ella. "No he leído ni los libros del cole", declaraba hace poco un futbolista. Podrían rastrearse muchos otros ejemplos de este tipo, entre gente de muy variada profesión. Cada uno puede hacer y decir lo que quiera. Lo preocupante sería que esto fuera un síntoma de la pérdida de prestigio de la cultura en nuestra sociedad. Y eso sí empeoraría la mala salud de hierro de los libros.

E-libros
El otro peligro son los nuevos "dispositivos de lectura", que pueden facilitar el pirateo. Sony, Philips, Amazon, ya venden los e-libros, del mismo tamaño que los tradicionales, aunque con capacidad de guardar hasta doscientos títulos, y en los que se puede subrayar, escribir, buscar una palabra.... Aunque la mayoría sigue prefiriendo los de papel, los e-libros tienen bastante aceptación entre los menores de 30 años, y su venta crece rapidísimamente en EEUU o Japón. En España las ediciones pirata -en Hispanoamérica, desgraciadamente, es distinto–  no existen, porque no son rentables. ¿Qué pasará cuando la gente –como ocurre con la música y las películas– pueda descargarse en los e-libros las novedades gratis? Si una novela costara 1.000 euros, nadie la compraría; pero, de la misma forma que un precio desorbitado acabaría con los libros, me pregunto si en el futuro la gratuidad acabaría con los escritores. A nuestros descendientes siempre les quedarían los clásicos, lo ya escrito, pero una cultura que no se renovara habría empezado ya a morir, como esos escritores maduros que presumen –en un alarde tan ridículo como el del ignorante–de no leer a los jóvenes.

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