Posos de anarquía

¿Guerra preventiva contra Irán?

El último convoy de tropas de asalto estadounidenses se retiró de Irak el 19 de agosto de 2010. Esta guerra comenzó el 20 de marzo de 2003. Siete años de una "guerra preventiva", que fue lo que se nos vendió a la ciudadanía... hasta que salió la verdad. Un informe de la organización 'Integridad Pública' reveló las casi mil mentiras utilizadas por Bush y otros siete funcionarios de su Gobierno para embarcarse en la guerra de Irak, desde las famosas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron, a la amenaza de otro "hongo atómico" o las "armas biológicas y químicas". A finales del año pasado, el malogrado Julian Assange y su maquinaria Wikileaks destapaban más de 400.000 documentos clasificados y, con ellos, otra buena sarta de mentiras.

El año pasado los abogados del Foreign Office denunciaron la ilegalidad de la invasión de Irak. Además, en una de las comparecencias de la comisión que investigó en Reino Unido las circunstancias de esta guerra, el ex diplomático Carne Ross, primer secretario responsable de Oriente Medio en la Embajada del Reino Unido ante la ONU de 1997 al 2002, aseguró que el Gobierno de Tony Blair "exageró intencionadamente" la amenaza que suponían  los programas nucleares de Irak en el periodo previo a la invasión del  2003. Un Blair, por cierto, que mientras hace caja con petróleo en el Kurdistan iraquí, sigue manteniendo que había armas de destrucción masiva y no se arrepiente de haber promovido la guerra.

Este año, cuando estalló la guerra de Libia, hubo muchos que quisieron hacer comparaciones. A pesar de las objeciones legítimas que pueda haber a esa guerra, las diferencias respecto a Irak eran sustanciales: para empezar, existía un mandato de la ONU con el objetivo oficial de proteger a civiles. Entremedias, es cierto, mucha tela que cortar, pero esa diferencia es desde luego innegable.

Pero ahora es el turno de Irán y ahí sí puede haber más similitudes con Irak. Israel está decidida a atacar al régimen de Ahmadineyad; se ha filtrado que Netanyahu anda presionando a su Gobierno para lanzar el ataque. Filtraciones, por cierto, sobre las que ya se han abierto investigaciones para averiguar si proceden de ex miembros del Mossad y el Shin Bet. De producirse el ataque, todo hace indicar que EEUU y Reino Unido volverían a aliarse contra Irán. ¿Qué pruebas hay para justificar el bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes? En realidad, hoy por hoy, ninguna.

La Comunidad Internacional viene denunciando el programa nuclear del arrogante Ahmadineyad, mientras éste jura y perjura que sólo tiene fines civiles. Incluso hace unos meses, Israel y EEUU (aún sin confirmar oficialmente la autoría) lanzaron un ataque informático para sabotear las centrifugadoras que enriquecen el uranio en Irán. No hay más pruebas; sólo lo que nos cuentan Gobiernos que ya nos mintieron en 2003.

Irán, hoy por hoy y a pesar de la desconfianza que despierta Ahmadineyad y sus sistemáticas violaciones de Derechos Humanos (ayer la ONU publicó un demoledor informe al respecto), huele a otra 'guerra preventiva'. Sin embargo, la semana que viene la Agencia Internacional de la Energía Atómica publicará un informe sobre los experimentos nucleares del régimen de Teherán y eso sí que podría aportar pruebas. Y pruebas -a las que se oponen China y Rusia- que se antojan imprescindibles porque, mal que les pese, EEUU y Reino Unido perdieron el crédito en 2003.

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