Posos de anarquía

La Unión Europea se re-rompe

La Unión Europea (UE) se rompe. Aunque si fuéramos rigurosos con la realidad, se re-rompe porque nunca terminó de existir. A pesar de que escuché una vez a un asesor de Bruselas decir que en una etiqueta de agua mineral había más directivas europeas de las que podríamos contar con los dedos de una mano, la UE como quiso ser concebida nunca ha terminado de existir. ¿Por qué? La lista de motivos es larga, sin duda: desde las diferencias culturales e idiomáticas a, sobre todo, la renuncia de los países -sobre todo de los poderosos- a renunciar a la cuota de soberanía que sería necesario para funcionar como Unión.

Precisamente por este último motivo, la UE se re-rompe ahora con la salida de Reino Unido -y cuatro países más-  de la reforma de los Tratados. Sarkozy se ha desquitado hablando de "nuestros amigos británicos" al anunciar la medida de crear un nuevo tratado de austeridad, imperativo en el caso de la Eurozona y voluntario para quien quiera compartir la política fiscal que dicta el tándem Merkozy. Dicho de otro modo, la UE a la carta de Berlín y París.

Y Reino Unido no está dispuesto a aceptarlo y se ha salido. Sarkorzy ya ha utilizado a Londres de cabeza de turco por si la jugada sale mal, acusándole de bloquear la unanimidad, pero lo cierto es que a Cameron no le quedaba otra salida para que a su regreso a la City no se lo comieran crudo los propios miembros de su partido. Desde hace meses se enfrenta a un motín interno en su propio partido liderado por los euroescépticos. Según algunas encuestas, la mitad de los británicos desea salir definitivamente de la UE, a la que ven como una señora gorda que trabaja lo justo y en casi nada de lo que realmente importa, manda mucho y da poco. En Londres, cada vez que en mitad de la crisis del euro sale una directiva que legisla que los diabéticos pueden conducir -ejemplo real- no saben si reír o llorar.

Ahora toca ver si con lo que ha sucedido esta pasada madrugada, alguno reirá... creo que serán pocos y no me refiero sólo a los británicos. Creo que en el corto plazo, veremos muchos ojos enrojecidos... si nos lo permiten nuestras propias lágrimas.

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