Posos de anarquía

El crecepelo de Rajoy

Con la prima de riesgo en máximos históricos (550 puntos) y el bono español a 10 años casi al 7%, es decir, en lo que para muchos analistas detonó los rescates -que no las 'líneas de crédito'- de Irlanda y Portugal, Mariano Rajoy ha conseguido estar en el punto de mira de toda Europa. El presidente del Gobierno y sus declaraciones -y eso que se prodiga más bien poco en los medios de comunicación- han conseguido irritar a media Europa y a la otra media, animarla a conseguir líneas de crédito a tutiplén.

Después de que Rajoy vendiera la llegada del rescate a la banca como un éxito del Gobierno español y de que negara que vaya a afectar al déficit -extremo desmentido por la propia Unión Europea (UE)-, Chipre se lanzó a pedir ayuda y países como Irlanda y, sobre todo Grecia con sus inminentes elecciones del próximo fin de semana, apostaron por cambiar su modelo de rescate y acudir al patentado por Rajoy bajo el nombre de "línea de crédito".

En aquella infausta rueda de prensa, el presidente del Gobierno recordó a los charlatanes de feria de antaño que vendían las bonanzas de sus productos crecepelo. Rajoy se puede alegrar de tener un crecepelo y nos lo puede vender como un éxito, pero la verdad es que seguimos calvos y, lo que es peor, no parece que la aplicación de su producto milagroso vaya a dejarnos con melena. ¿De verás hay ilusos que piensan que el crédito comenzará a correr a empresas y particulares tras la inyección a la banca de hasta 100.000 millones de euros? No parece probable, pues no olvidemos que ya se han desviado muchos millones de euros a las entidades y éstas los han utilizado para hacer negocio comprando deuda soberana ante la impasividad del Banco Central Europe y el Banco de España.

¿Cómo están las cosas? Pues con el Financial Times publicando hoy que Rajoy achucha a sus vecinos europeos para emprender la batalla por la supervivencia del euro cuando, en realidad, él y su discurso triunfalista sobre el rescate a la banca no han hecho más que dinamitarla un poco más. El próximo Consejo Europeo (28 y 29 de junio), tras conocer los resultados del plebiscto griego, veremos si Rajoy vuelve a vender con la misma alegría su crecepelo en Bruselas.

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