Posos de anarquía

Olimpiada de blanqueo de dinero

El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y el resto de sus compañeros del PP (desde Ana Botella a la delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes), están preocupados por la imagen de España en general y de Madrid en particular ante la visita del COI. El motivo de su desazón viene porque coincidiendo con la visita de los miembros del COI para evaluar la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2020 habrá manifestaciones de trabajadores que luchan por sus derechos laborales.

No les preocupa la imagen que puedan dar las protestas reprimidas a palos por los antidisturbios, ni tampoco las fotografías de personas buscando comida en los contenedores de basura. Eso no. Tampoco les preocupa que el propio Ignacio González esté bajo sospecha de haber sobornado a Adelson para que Alcorcón fuera sede del vergonzoso Eurovegas. Incluso el Defensor del Pueblo ve una falta de transparencia absoluta en ese proyecto. Cosa fea.

Y mucho menos parece preocuparles la imagen que pueda dar el último informe del Departamento de Estado de EEUU que sitúa a España como la capital europea del blanqueo de dinero, así como de la entrada ilegal de narcóticos procedentes de Centroamérica, Sudamérica y del norte de África. Un blanqueo de dinero que, según la Administración estadounidense, viene asociada al crimen organizado, el tráfico de drogas, la financiación del terrorismo y la evasión fiscal. De ésto último, precisamente, somos una primera potencia, Montoro mediante.

La evasión fiscal que puso el ministro de Hacienda -con pobres resultados- abrió las puertas para que todo el que tuviera unos ahorrillos procedentes de la prostitución, el tráfico de drogas o armas, el pago de comisiones ilegales, los pagos en B -con o sin sobres- y, en definitiva, todo el que tuviera montones de dinero de ese que por mucho que uno sea transparente publicando su declaración de la renta nunca ven la luz, se blanquearan por arte de magia... ¡y tributando al 3%!

Pero eso no les preocupa a González, Botella y el resto de la cuadrilla del PP, sólo quienes luchan por el pan que ellos mismos les quieren arrebatar.

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