Posos de anarquía

Que los pobres estudien y el que proteste, pague

Este mes miles de estudiantes en toda España están pasando la criba de la selectividad. En unas semanas, todos ellos estarán pendientes de las notas obtenidas en los exámenes y, conocido el resultado, se dirigirán a las listas de notas de acceso a las diferentes carreras universitarias. En mis tiempos eso bastaba; este año, sin embargo, antes incluso de comprobar si la nota es suficiente para cursar una carrera habrá que comparar si su cuenta corriente puede afrontar el elevado precio de las tasas impuesto por el Gobierno de Rajoy.

Y ya no es sólo que mucho talento nuevo y verdaderas vocaciones se queden en la cuneta porque la Universidad ya no es un derecho, es un privilegio, sino que los que antes se estaban formando se quedarán a mitad de camino. Aunque el ministro Wert alerdee de lo poco que ha reducido las becas, la verdad es que los centros universitarios ya cuentan por miles las bajas de alumnos que no pueden continuar pagándose su carrera, con incrementos de impagos de hasta un 20 o un 30% respecto al curso pasado.  Una carrera, por otro lado, por la que cada vez se abonan matrículas más elevadas para, en cambio, encontrarse con menos profesorado y muchos menos medios en los centros.

Mientras, el ministro Wert da muestras de su educación, herencia de su paso por centros elitistas como El Pilar, con perlas como la dedicada a "los pobres", a los que, según él, hay que exigirles que estudien para recibir becas. Y cierto es que el objetivo de la beca es que estudien, pero en un país con un 20% de la población en el umbral de la pobreza y un 60% de paro juvenil, a veces resulta complicado compaginar estudios y, sencillamente, vivir. Eso es algo que Wert, como seguramente los 7.400 nuevos millonarios que tenemos padecemos en España, no entienden ni entenderán nunca.

Siempre nos quedará la protesta... o no, porque si por algo se ha caracterizado este Gobierno de Rajoy es por su caracter represivo, ese que ha conseguido acuñar etiquetas en Twitter como #holadictadura. Uno de los últimos episodios lo podemos encontrar en Galicia, donde siete jóvenes de Galiza Nova han sido multados en Vigo con 360 euros cada uno por repartir folletos contra la LOMCE en una parada de autobús. Un reparto que mientras que la Policía Loca vió con buenos ojos, la Policía Nacional decidió atajar con sanciones ejemplares.

Las multas se apoyan en acusaciones de participación en una manifestación no autorizada, pero no era el caso. Los jóvenes estaban en la parada informando a los estudiantes de los efectos que tendrá la entrada en vigor de la LOMCE, esa reforma de extraordinaria carga ideológica que no pretende más que generar lo que se oculta bajo la odiosa expresión 'capital humano'. Sin embargo, quienes ya han abierto los ojos, quienes están hartos de pagar impuestos no para que haya becas, ni Sanidad pública, ni alquileres sociales, sino para pensiones vitalicias de politicuchos que, previamente, gozaron de dietas insultantes de alojamiento, estudian precisamente para todo lo contrario: para dejar de ser capital humano o, sencillamente, no serlo jamás.

Detrás de cada euro de esos 7.400 millonarios nuevos apuesto a que hay un drama social, un trabajador explotado, un concurso de acreedores injusto o un ERE con espíritu de cuentas suizas; y sueño con que haya también un nuevo indignado que ansíe recuperar lo que este Gobierno le ha arrebatado. Y hacerlo cueste lo que cueste.

Más Noticias