Posos de anarquía

Las encuestas cocinadas que espolean electorados dormidos

A medida que pasan las semanas, las encuestas van situando a Podemos como la primera fuera política en intención de voto. Si el avance del barómetro del CIS situaba a la fuerza política justo por detrás del PP, habiendo sobrepasado al PSOE, el último sondeo de Metroscopia ya deja atrás a los de Génova. ¿Es necesariamente bueno esto para Podemos?

Uno podría pensar que sí, que efectivamente es una buena noticia porque pone de manifiesto el entusiasmo y la ilusión que está despertando entre la ciudadanía, aunque el bipartidismo sólo crea que se trata de un voto de castigo (son ambas, que no se engañen). Sin embargo, en política nada es casual, nada. Ni siquiera que en pleno auge sin precedentes del independentismo catalán salgan todos los casos de corrupción alrededor de CiU que llevaban años cogiendo polvo en un cajón.

En ese sentido y dado que, ante unas elecciones, históricamente la derecha se ha movilizado mucho más  que la izquierda, ¿no puede ser que las encuestas triunfalistas para Podemos estén cocinadas para actuar como espuela del electorado más conservador? Por ser más precisos: es evidente que Podemos está en vía ascendente, pero quizás la ventaja que le otorga Metroscopia sobre PP y PSOE esté inflada lanzando un mensaje claro: "Ya os hemos contado que Podemos destruirá la democracia, ahora os contamos que o apretamos o efectivamente lo harán".

"¿Pero si el sondeo de Metroscopia lo publicó El País, para qué va a querer movilizar a la derecha?", me dirán ustedes. Bueno, el PSOE a buen seguro que espera movilizar a su electorado y que el descontento por los casos de corrupción que cercan al PP hagan mella en Génova, mucho más de lo que lo hace en Ferraz el caso de los ERE de Andalucía. A fin de cuentas, no es la primera vez que El País cocina encuesta: a las puertas de las elecciones europeas, El País (PRISA en general) no dudó en afirmar que los jóvenes estaban ansiosos de más Europa —curiosamente, la misma que con su austeridad ha destruido su futuro—, en un vano intento por movilizar votos y evitar la que fue una nueva debacle socialista.

En resumen, cautela y mucha prudencia a la hora de interpretar estas encuestas, pues pueden derivar en una miopía electoral y para cuando uno se ajusta las gafas se ha pegado ya el batacazo.

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