Posos de anarquía

Fernández Díaz, el déspota

Los compañeros del eldiario.es nos descubren hoy cómo el ministerio del Interior, encabezados por Jorge Fernández Díaz, se pasa por el arco del triunfo las libertades civiles y los organismos nacionales e internacionales que las amparan. Según informa el medio digital, en contra de lo que venía apuntando la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y la misma Unión Europea, Interior creó un registro de pasajeros que viajan al extranjero y, lo que es aún peor, lo hizo en el más absoluto de los secretos, sin requerir permiso ni comunicar esta gravísima infracción de la intimidad a los afectados.

El anterior director de la AEPD, José Luis Rodríguez Álvarez, siempre cargó con dureza contra el desarrollo de un registro de pasajeros (PNR, Passenger Name Record, por sus siglas en inglés) que venía debatiéndose en Europa desde el atentado al Charlie Hebdo. Entonces, Rodríguez Álvarez cuestionaba seriamente "la utilidad que un fichero policial de viajeros pueda tener en este tipo de lucha antiterrorista", consideraba que la medida no respetaba los principios de proporcionalidad en relación a los beneficios obtenidos y, en esencia, sostenía que evitar atentados como el cometido en el semanario satírico galo "no parece que sea un problema de falta de información, sino de un mejor aprovechamiento y de una mayor cooperación entre las autoridades de los diferentes países".

Mientras Rodríguez Álvarez, máxima autoridad en España en materia de protección de datos, realizaba estas afirmaciones, Fernández Díaz ya había hecho oídos sordos y tenía en marcha su registro secreto. A fin de cuentas, ¿cuándo le ha importado al ministro forzar el ordenamiento o pisotear las libertades civiles? Fernández Díaz hace y deshace a su antojo, violando incluso los tratados internacionales como hemos visto con las devoluciones en caliente, haciendo legal lo ilegal como se constató con la Ley Mordaza. Así de simple. Así de impune.

Y para ir cubriéndose las espaldas hubo cambios en la AEPD. Rodríguez Álvarez era un tipo molesto para el Gobierno del PP con declaraciones como las realizadas contra el PNR. ¿La solución? Sencillo. Cambiar al máximo reponsable de la AEPD por alguien cercano, en este caso, por Mar España, que fue viceconsejera de Presidencia con Dolores de Cospedal. Así, todo queda en casa porque, de hecho, la nueva presidenta ya ha dado su beneplácito para mantener este registro de pasajeros secreto siempre y cuando, añade la coletilla, sea "con fines policiales", sin expecificar más. Un auténtico despropósito.

Y para constatar una vez más mi repelús por los máster, ahí va eso: Mar España, que es Licenciada en Derecho por la Universidad Pontificia Comillas, tiene un máster en protección internacional de Derechos Humanos -ha llegado a ser profesora protección de los derechos humanos-. Así, deberíamos tener un registro de protectores de Derechos Humanos, porque si son como Fernández Díaz o España, uno necesita estar en guardia.

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