Posos de anarquía

Un día de fiesta para las manzanas podridas del PP

Manuel Cobo estará al frente de la oficina anticorrupción del PP. Una prueba más de lo que realmente le importa esta cuestión a Mariano Rajoy. Hagamos un repasito a los últimos años de Cobo, que ilustra a la perfección cómo desde Génova se completa el puzzle con cualquier pieza.

Manuel Cobo siempre fue el fiel escudero de Alberto Ruiz Gallardón en el Ayuntamiento de Madrid y, como tal, enemigo declarado de Esperanza Aguirre, lo que por aquel entonces suponía un apoyo indirecto a Rajoy. Ya pocos recuerdan que Cobo, por orden de Gallardón, disputó la presidencia del PP de Madrid a Aguirre en 2004 y ésta le dio para el pelo.

Hijo del empresario Cobo Calleja, que da nombre al popular polígono empresarial de Madrid de Fuenlabrada, fue una de las víctimas de la 'gestapillo' de espionaje que se montó en Madrid, aunque, posteriormente, se plegó sumiso a las presiones del partido para que renunciase a saber quién le espió y por qué lo hizo.

Llegó a ser suspendido de militancia un año por una entrevista concedida a El País en las que, entre otras perlas, aseguraba que "los cercanos a Aguirre han puesto a Rato en un escaparate de cloacas y ambiciones". Memorable fue su afirmación "es de vómito" lo que, según él, "personas cercanas, hoy, a Esperanza Aguirre" hicieron para evitar que Rodrigo Rato fuera presidente de Caja Madrid... Cobo siempre defendió que Rato "sería un lujo para la Presidencia de Caja Madrid" y miren cómo salió la gestión de Rato...

De su paso por Madrid, se me ocurre que quizás debiera aclarar cómo durante su paso por el Ayuntamiento, por citar un ejemplo, la empresa del tenista rumano Ion Tiriac, Madrid Trophy Promotion SLU, una filial al 100% de la empresa Mantrag Holding BV radicada en los Países Bajos, se hizo de oro con millones y millones de euros por eventos como "la organización del torneo tenis Madrid Open".

Recuerdo también cómo supimos en 2013 que una de sus asesoras corría a cargo del dinero del grupo municipal del PP, con el beneplácito de Botella, a pesar de que Cobo ya estaba fuera del Ayuntamiento. Era uno de muchos, porque la lista de cargos de confianza pagados desde modo no era corto, precisamente. Dos años antes, Cobo había dejado la política, saltando a IFEMA.

¿Qué hizo en IFEMA? Para empezar, ganar casi lo mismo que ganaba en el Ayuntamiento de Madrid como vicealcalde: unos 90.000 euros al año. Allí lo colocó Ana Botella cuando se quedó solito en el Consistorio madrileño tras la marcha de Gallardón al ministerio de Justicia y, más que colocar, lo encajó, porque se inventó literalmente el cargo: coordinador de gestión, un puesto que ni siquiera aparecía en el organigrama directivo, pero que sí tenía coche oficial, chófer y secretaria.

Eran los tiempos del gran despilfarro de IFEMA, a manos de Álvarez del Manzano y Luis Eduardo Cortés, que llegó a cargar 290 comidas en sus restaurantes de lujo en cuatro años. Adivinen cuándo dejo Cobo IFEMA: cuando llegó Manuel Carmena a la alcaldía y anunció la limpieza que iba a acometer en este órgano, terminando de una vez por todas con los abusos y corruptelas.

Y como el PP siempre encuentra encaje para todo el mundo, fue dejar IFEMA y se presentó como número dos de la lista del PP al Congreso de los Diputados por León. ¿A quién desplazó con este movimiento? A Alfredo Prada, que había sido vicepresidente segundo y consejero de Justicia e Interior con Esperanza Aguirre. Finalmente, en diciembre de 2015, Cobo renunciaría a recoger su acta de diputado por problemas de salud...

... pero no se va a quedar sin trabajo, no va estar si ocupación. Rajoy saca de la chistera el puesto al frente de la nueva Oficina del Cargo Popular, el órgano interno del PP para prevenir y perseguir la corrupción y que se encargará de vigilar la conducta de sus dirigentes y abrir investigaciones. Cobo, el mismo que aplaudió a Rato, el mismo que se pegó la vida padre en IFEMA. Hoy es un día de fiesta para las manzanas podridas del PP.

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