Posos de anarquía

Acuerdo de pesca, acuerdo de ladrones

Hoy es un día negro para los Derechos Humanos (DDHH), un día en el que uno se echa otro motivo más a la espalda para que la Unión Europea (UE) actual me repugne hasta la náusea. Validando el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) ha faltado a su deber, se ha vendido, ha puesto imagen a cómo España y la UE en su conjunto comercian con vidas humanas sin que les tiemble el pulso a cambio de su propio bienestar. En suma, han convertido oficilamente un acuerdo de pesca en un acuerdo entre ladrones... lo que siempre fue, en realidad.

La justificación para validar este acuerdo ha sido que éste no aplica a las aguas del Sáhara Occidental. Europa ha negado una evidencia: los pesqueros españoles, que son los que mayoritariamente se benefician del acuerdo, pescan en aguas del Sáhara Occidental. Eso es innegable. El ardid legal por parte del TUE apesta, es una desfachatez sin parangón que se somete al chantaje marroquí y a la presión española.

Los pesqueros españoles llevan esquilmando recursos naturales saharauis de forma ilegal desde 2006, al amparo de un acuerdo de pesca con Marruecos que socaba los DDHH más esenciales, pues comercian con recursos de un territorio ocupado ilegalmente hace más de 40 años ante la connivencia internacional.

España y la UE sacrifican al pueblo saharaui por razones estratégicas, adoptando la sumisión ante Mohamed VI, el amigo de los Borbones que tanto daño han hecho a los que un día fueron españoles. ¿El motivo? Por un lado, que el sector pesquero no se les eche encima y, por otro, asegurarse el control de las fronteras de manera que España pueda seguir realizando devoluciones en caliente ilegales para que Marruecos muela a palos a las personas migrantes, que puedan seguir realizándose deportaciones masivas con personas sedadas que, previamente, han sido detenidas en redadas raciales y encerradas en cárceles llamadas CIE.

Se mire desde la óptica que se mire, el acuerdo de ladrones es un pacto entre violadores de DDHH, para los que el valor de las personas nunca estará por encima del de su propio bienestar. Por su parte, los pesqueros españoles no son menos mercenarios. Ocultándose en el hecho de que está en juego su pan, llevan robando el pan al pueblo saharaui desde hace la friolera de doce años. No resultaba tan complicado haber exigido un acuerdo de pesca con el Gobierno de la RASD (República Árabe Saharaui Independiente), cuyo 42º aniversario es justamente hoy, pero tiraron por el camino más fácil.

En esta vida se ha de ser consecuente con los actos propios y quien entierra la solidaridad y justicia internacional por pura comodidad, no puede esperar que cuando lo precise, el prójimo le tienda la mano. De hecho, el dictamen del TUE abre la puerta a que en caso de que algún pesquero español faene en los bancos del Sahara Occidental, el Frente Polisario emprenda acciones, de advertencia primero, y de expulsión después, por los medios que fuera menester.

El TUE es claro al determinar que las aguas adyacentes al territorio del Sáhara Occidental no están comprendidas en la zona de pesca marroquí porque el territorio del Sáhara Occidental no forma parte del territorio del Reino de Marruecos. Así pues, que los pesqueros españoles se anden con ojo, pues su posición quedará más que comprometida si traspasan una sola milla marítima el límite de las aguas marroquíes.

De este modo y si algo de decencia le resta al Gobierno español, dado que todos los anteriores en esta democracia, junto a la Corona, han robado al pueblo saharaui a manos llenas, debería comenzar a negociar un acuerdo de pesca con la RASD o, de lo contrario, no esquilmar unas aguas que no le pertenecen y sobre lals que no existe convenio alguno.

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