Posos de anarquía

Un mal día para corruptos con cargo

España es un paraíso para la corrupción, incluso, la oficializada. Desde las Administraciones Públicas  se han venido utilizando los concursos públicos para practicar una suerte de corruptelas, adjudicar millones de euros a empresas amigas. A partir de ahora, lo tendrán difícil, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Contratos del Sector Público. ¿Saben cuál es la mejor prueba de esas corruptelas? Según denuncia la Unión Sindical Obrera (USO), un día antes de la entrada en vigor de la nueva ley, el número de concursos públicos en la web de Contrataciones del Estado rondó los 2.500... diez veces más que la media de cualquier otro día.

Ya está bien de esquilmar nuestros impuestos y que éstos vayan a parar a la misma élite empresarial que después nos explota. Basta ya de que el precio sea el factor que más influye en una adjudicación y que se queden por el camino las pequeñas y medianas empresas, honestas, que respetan a sus trabajador@s. Y es que las grandes empresas de limpieza o seguridad, por ejemplo, suelen hacerse con jugosos concursos públicos porque, a cambio, prácticamente regalan sus servicios en otros inmuebles. ¿Quién paga esa diferencia para que la empresa siga incrementando sus beneficios? L@s trabajador@s con empleos precarios.

La nueva Ley de Contratos del Sector Público pondrá eso más complicado, aunque no haya sido gracias ni al PP ni a Ciudadanos. Han sido Unidos Podemos, PSOE, PNV, ERCy PDeCAT quienes han impedido que primen los convenios de empresa sobre los sectoriales. A los secuaces de Rajoy no les gustan los convenios sectoriales porque, por lo general, mejoran las condiciones laborales y son mucho más garantistas.

A partir de ahora, -parece mentira que se haya tardado tanto-, los concursos públicos deberán tener cláusulas sociales y medioambientales, de modo que el criterio del precio pierde peso en la valoración final. La medida llega tarde y, de nuevo, a rebufo de la ciudadanía, que en los municipios donde existen Presupuestos Participativos, ya hay en vigor autorreglamentos con criterios de este tipo.

Así las cosas, deberemos estar más vigilantes que nunca, porque las corruptelas tienden a buscar los resquicios legales para continuar con sus malas prácticas... y a veces, ni eso, les basta su voluntad de que sus fechorías pasen inadvertidas confundidas en un maremagnum burocrático. Por eso, quizás, ustedes no han oído hablar demasiado de esta nueva ley. Ahora la conocen, hablen de ella, vayan cambiando los temas de fondo de sus charlas de café y bar y, como ya hemos conseguido que se hable de feminismo y del 8M, pongan su foco en el hecho de que las corruptelas, pese a PP y Ciudadanos, lo tienen ahora más complicado.

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