Posos de anarquía

Mariano, haz las maletas

Querido Mariano,

Te escribo para mandarte mucha fuerza desde aquí. Son muchas las carcajadas que escucharás, no ya a tu espalda, sino delante de tus propias narices. Ignóralas, como caso omiso has de hacer de la cantidad de botellas descorchadas con motivo de tu marcha.

Si embargo, ha llegado la hora, Mariano, de hacer las maletas. Sé que no es fácil, que se hace un poco cuesta arriba, pero diles a Viri y los niños que no les va a faltar de nada. Haber cobrado los cerca de 1.000 euros mensuales de dietas por alojamiento, pese a vivir en La Moncloa a gastos pagados, seguro que os ha reportado un colchoncito para ir tirando. Si no fuera así, estoy seguro que Bertín os podrá ceder alguna habitación hasta que remontéis.

Tienes que estar orgulloso por el modo en que ayer lidiaste la moción de censura. ¡Qué oratoria! ¡Qué capacidad para desplegar ese gracejo personal tan tuyo, ese balbuceo algo baboso con el que no das puntadas sin hilo, con el que dejaste claro que todos somos corruptos! Después de que renunciaras a intervenir a través de un plasma y ni lo aprecian... ¡Ingratos!

Por aquí, todavía escucho los aplausos de Alberto, Guillermo y el resto de compis cuando le diste un zasca a Sánchez recordándole que es su moción la que trae inestabilidad a España y no el hecho de que el mundo entero se haya enterado que la Justicia ha declarado al partido banda criminal, que no ha sido juzgado penalmente, no porque el delito no lo merezca, sino porque no se le puede aplicar el actual Código Penal.

En cuanto al niñato, qué decirte, se cree más español que nosotros y ni siquiera tiene cuenta en Suiza, aunque ya disfruta de apercibimientos del Tribunal de Cuentas. Antes de que él llegara a la política, nosotros ya andábamos intercambiándonos cajas de puros y sobres y ahora viene éste a darnos lecciones de españolidad. ¡Qué bien sabes pararle los pies! Qué ganas de no poder enviarle a nuestro querido González Pacheco para irse juntos de paseo... Ya vería, ya...

Vienen momentos difíciles, ya lo sabes. Verás mucha incomprensión de la gente, siempre tan malintencionada. Ya lo sufriste ayer tarde en tus propias carnes. ¿A qué viene extrañarse tanto que te ausentes de la moción de censura si llevas haciéndolo del Gobierno toda la legislatura? Qué cínicos son, que ni siquiera son capaces de entender el gustito que da una última comilona, con un buen puro habano de esa Cuba que detestas; qué poco empáticos y crueles pueden llegar a ser esos radicales antisistemas que no entienden tu consternación de ayer... por la dimision de Zidane. No habías levantado cabeza de tener que suspender el viaje a Kiev y ahora esto.

Por todo ello, Mariano, sé fuerte, muy fuerte.

Fdo. L. Bárcenas

Módulo de Vida Ordinaria - Centro Penitenciario Madrid V, Soto del Real

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