Posos de anarquía

¿Estado de Alarma o qué?

¿Estado de Alarma o qué?
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, y el líder de Vox, Santiago Abascal. - EFE

La prolongación del Estado de Alarma se tambalea tanto como los apoyos al Gobierno de coalición. Quiero decir con ésto que no sólo la derecha amenaza la estabilidad que otorga esta medida excepcional con la que se ha conseguido rebajar las cifras de contagios y muertes por el COVID-19, sino también de los socios que llevaron al Gobierno a PSOE y UP. El Ejecutivo se ha ganado a pulso el malestar de sus aliados y, con todo, no extender el Estado de Alarma es un error que podemos lamentar.

A pesar de las reiteratas advertencias de socios como PNV, ERC o EH-Bildu a Pedro Sánchez de que debía abandonar esa fea costumbre de comunicarse con ellos a través de los medios de comunicación, el presidente del Gobierno continúa disparándose en un pie. Lo advertí hace días: la comunicación del Ejecutivo es muy mejorable, tanto con sus aliados, como con la oposición, presidentes autonómicos y ciudadanía general. Lo mejor para quitar la sed no es una inundación y Sánchez insiste en ello.

Con todo, suspender el Estado de Alarma no conduce a nada bueno. El debate real no es Estado de Alarma sí o Estado de Alarma no, sino todo el plan que se ha diseñado bajo ese paraguas y que no podría llevarse a cabo con otra fórmula legal. Ayer el Gobierno aplicó la estrategia que acostumbran a utilizar PP y Vox ("o Estado de Alarma o el caos"), y éstos se sintieron amenazados/chantajeados. Sin embargo, algo de razón parece tener el Ejecutivo, toda vez que ni PP, ni Vox, ni Ciudadanos... ni siquiera ERC o PNV han descrito sus planes alternativos al Estado de Alarma.

La transparencia no es deber único de quien gobierna, también de quien ejerce la oposición, porque de otro modo se miente a la ciudadanía. La misma concreción que se demanda al Gobierno debería ser exigible a la oposición -y a los gobiernos autonómicos- que, en lugar de hablar de "recorte de derechos" deberían estar compartiendo con la ciudadanía cómo planean los próximos meses en España. No lo hacen, más allá de sugerir que irían mucho más rápido en la desescalada.

No deja de ser curioso que quienes más reprochan al Gobierno que reaccionó tarde sean ahora quienes quieren relajar más las medidas, lo que podría conducir a un repunte de contagios que ni siquiera la llegada del buen tiempo pueda parar. La economía parece tener más peso que la salud en quienes, como sucede en Andalucía, muestran su cara más insolidaria deseando reactivar el turismo nacional este mismo mes de mayo al tiempo que se quejan de recibir poco dinero del Estado (aunque es de las CCAA que más recibe).

¿O Estado de Alarma o caos? No lo sé. No lo sabe nadie. ¿Por qué? Sencillamente, porque nadie ha planteado ninguna alternativa más allá del balbuceo de Pablo Casado (PP) cuando se le preguntó por ello ayer en Onda Cero o de los exabruptos facistoides de Vox.

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