Posos de anarquía

Corrupción en PP y PSOE: Hacer vacío o cerrar filas, pero ni un perdón

Corrupción en PP y PSOE: Hacer vacío o cerrar filas, pero ni un perdónDado que son quienes se han ido dando el relevo del gobierno en democracia y han sido los partidos mayoritarios que más poder han acaparado, PP y PSOE son quienes están más manchados por la corrupción. Mientras los primeros hacen vacío a sus acusados/sospechosos, los segundos cierran filas incluso cuando son condenados. El denominador común es que nadie pide perdón.

Abierto el juicio por el supuesto pago en B de las obras de reforma de la sede del PP, Luis Bárcenas parecer querer que Mariano Rajoy sude frío... y si el expresidente suda frío, en el resto del partido tiemblan las canillas reclamando Fortasec. En esta situación, el PP ha optado por dejar solo a Rajoy, como informa hoy el diario que dirige un buen amigo del expresidente. Ante esta soledad, al parecer, el gallego andaría negociando con discrección un escudo antimisiles Bárcenas con quienes estuvieron en su círculo más estrecho, dado que Pablo Casado no lo quiere tocar ni con un palo.

Una postura muy distinta a la que acostumbra a tener el PSOE cuando la corrupción le salpica; ahí, su modo de cerrar filas en torno a los imputados/condenados llega a resultar inaudito. El caso más evidente es el de los ERE en Andalucía, cuando condenados ya Chaves y Griñán, no sólo continúan garantizando su honorabilidad sino que, además, se atreven a asegurar de que no se trata de un caso de corrupción del PSOE.

A pesar de estos procederes antagónicos, el denominador común en ambos partidos es la ausencia de perdón. Aunque tanto PP como PSOE arrastran condenados por corrupción y se han revelado en mayor o menor medida tramas internas para traspasar la legalidad con diferentes propósitos, ninguno pide perdón. Asumen la corrupción como un resfriado, una gripe en el peor de los casos, que hay que pasar y a otra cosa mariposa.

La normalización de la corrupción, la impunidad electoral que no parece castigar en las urnas estas traiciones, ha hecho que no sea más que un chaparrón durante el cual el uno, todavía con las ropas mojadas, acusa al que se está calando hasta los huesos. Cuando escampa, se seca la ropa, se dobla y al armario, que siempre hay nuevos modelos que enfundarse.

Más Noticias