Posos de anarquía

Sanciones ya para Marruecos

Sanciones ya para Marruecos
El periodista saharaui Lamin Haddi.

Las continuas violaciones de Derechos Humanos (DDHH) por parte de Marruecos y su invasión ilegal del Sáhara Occidental comienzan a traspasar los tupidos velos de opacidad que el reino alauí había tendido junto a los diferentes gobiernos y reyes de España. Ahora, con las relaciones diplomáticas rotas con la embajada alemana en Rabat por mandato de Mohamed VI, es la hora del coraje y la honestidad, es hora de la que la Unión Europea (UE) en bloque adopte las medidas que el pusilánime Gobierno de España ha impedido llevar a cabo hasta ahora.

El trato vejatorio recibido por la activista saharaui Sultana Khaya o la huelga de hambre del periodista Lamin Haddi reclamando un trato humanitario en las cárceles marroquíes son solo la punta de un iceberg de constantes torturas, vulneraciones de DDHH y violaciones del Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU.

Como un grupo reducido de periodistas llevamos tiempo denunciando, desde que Marruecos rompió el alto el fuego el pasado 13 de noviembre estas atrocidades se han intensificado, especialmente en los Territorios Ocupados y en las cárceles donde malviven los presos saharauis, que dieron allí con sus huesos tras juicios cuya legalidad ha sido puesta en cuestión por multitud de organismos internacionales.

Hace meses que la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, tiene encima de su mesa mis preguntas, sin que desde entonces haya sido capaz de responder, sencillamente, porque no se puede justificar lo injustificable, aunque el Gobierno de España se encargue de ello, con la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, a la cabeza.

Si todos estos crímenes humanitarios cometidos por Marruecos están saliendo a la luz es gracias al esfuerzo de la sociedad civil y de un puñado de periodistas que tratamos por todos los medios de romper el bloque informativo, mal que les pese a los actores políticos que debería tomar cartas en el asunto y no lo hacen. Y esta oleada de solidaridad, de exigencia de justicia y reclamo de humanidad que parte de abajo a arriba ha superado al régimen de Mohamed VI, cuya amistad con la monarquía española, cuya influencia en el gobierno de España -sea del signo que sea- ya no parecen ser suficientes; cada vez se encuentra más acorralado.

Por este motivo, y con la ruptura diplomática abierta con Alemania, sencillamente, porque ésta quiere que se respete la legalidad en el Sáhara Occidental, es hora de dar un paso al frente, que la UE demuestre que no sólo saca pecho ante Rusia o Venezuela, sino que es capaz de imponer sanciones a Marruecos, comenzando por la retirada de un infame acuerdo de pesca cuyas negociaciones legítimas deberían realizarse con el pueblo saharaui, a quien pertenecen los bancos de pesca por ley... y terminando por hacer que de una vez por todas sea reconocido el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y Marruecos cese en la ocupación ilegal de un territorio sobre el que no tiene ninguna soberanía.

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