Posos de anarquía

Suspenso en Derechos Humanos

Suspenso en Derechos Humanos
Una ración servida a los migrantes en el campamento de Las Raíces, en Tenerife. — Asamblea de apoyo a migrantes en Tenerife

Nuestro gobierno suspende en Derechos Humanos (DDHH), especialmente en materia de migración, materia en la que su actuar no es mucho mejor que el de sus antecesores. Siempre apena y decepciona, pero cuando quien muestra esta falta de humanidad es un gobierno de izquierda, el dolor lacerante se hace más insoportable. Lo volvimos a ver el martes en el campamento de Las Raíces (Tenerife), convertido en un auténtica cárcel al aire libre para personas cuyo único delito es querer sobrevivir.

Ha quedado muy atrás aquel espejismo del Aquarius, el barco con 629 personas migrantes que ningún país quería aceptar y Pedro Sánchez ordenó acoger en el puerto de Valencia. Era 2018 y Vox no era una amenaza; eran tiempos en los que ser identificado con soflamas de extrema-derecha era vergonzante. El PP repetía monótonamente su cantinela xenófoba del efecto llamada  y poco más.

Las cosas han cambiado y no hace falta siquiera meter a la Covid-19 en la ecuación para analizar qué ha sucedido. El avance de la miseria, de la desigualdad ya se venía produciendo antes de la pandemia y la izquierda no ha sabido reaccionar al avance del populismo fascista que ha penetrado en los segmentos más desfavorecidos (en los más favorecidos ya campaba a sus anchas).

En lugar de anteponer los DDHH, nuestro gobierno de PSOE y Unidas Podemos ha preferido no empatizar con las personas migrantes, no exponerse a nuevas acusaciones de efecto llamada. Su ineptitud a la hora de combatir con datos y verdades los bulos de la derecha respecto a la migración ha hecho que el Ejecutivo clone al gobierno más conservador.

Tal y como viene denunciando la Asamblea de Apoyo a Migrantes en Tenerife, el llamado 'Plan Canarias' diseñado por el Gobierno está ejerciendo de barrera para Europa: se limita a repartir diferentes campamentos por el archipiélago donde retiene a las personas migrantes para que no pisen el resto de Europa. El de Las Raíces es el más grande, albergando a más de 1.800 personas en unas condiciones absolutamente infrahumanas, sin ropa de abrigo en una de las zonas más frías de la isla, con comida escasa y, además de baja calidad, sin la debida atención sanitaria ni psicológica, sin traductores/ras, sin asesoramiento legal... Nada.

Las protestas se suceden con, incluso, huelgas de hambre que poco parecen importar  nuestro Gobierno y, por qué no decirlo, a la inmensa mayoría de los medios de comunicación. ¿Cuántas comparecencias han visto de José Luis Escrivá, el ministro responsable específicamente de la cartera de Migraciones? Con su respuesta ilustrarán a la perfección el actuar de este Gobierno.

El episodio vivido ayer es fruto de las pésimas condiciones de vida de estos campamentos y, en lugar de responder con diálogo, hacerlo con porrazos. Tal y como denuncian las organizaciones allí presentes y las propias personas migrantes, la respuesta policial fue absolutamente desproporcionada con lo que dicta el respeto a los DDHH, aunque muy en línea con lo que sugiere el proceder de nuestro Gobierno.

Los restos de sangre camino de la enfermería es la perfecta analogía de cómo la honestidad, la misma humanidad de PSOE/UP se escapa a borbotones ante la pasividad de buena parte de medios de comunicación y sociedad, ante el aplauso de la derecha. O aplican el torniquete ya o esta nueva decepción pasará factura donde más les duele, en las urnas, porque en lo más importante, las personas, ya lo hace. Pedro Sánchez anda esta semana de gira africana, visitando países como Senegal. ¿Les mostrará las imágenes de cómo tratamos a sus compatriotas cuando llegan a España buscando una vida mejor?

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