Posos de anarquía

Se dispara la tasa de incidencia de caspa en la derecha

Se dispara la tasa de incidencia de caspa en la derecha
Miembros de la asociación Derecho a Morir Dignamente se concentran en la Puerta del Sol a favor de la aprobación de la ley de eutanasia este jueves en el Congreso. — Chema Moya / EFE

Ayer España vivió otro día histórico: la aprobación de la Ley de Eutanasia. Son pasos como éste los que ponen una baldosa más en el camino hacia esa democracia plena que, por mucho que partes interesadas vendan, aún no hemos alcanzado. Y en este proceso de fortalecimiento de las libertades civiles, vemos cómo la tasa de incidencia de caspa en la derecha, de su sectarismo retrógrado, se ha disparado.

Hay muchas más cosas que les unen que que les separen. PP y Vox comparten ADN porque han sido engendrados de la misma manera. Por eso, su concepción de la libertad se hereda generación tras generación. Defienden tanto la libertad que quieren obligar a su propia descendencia a desconocer la diversidad sexual, que quieren hacernos comulgar a todos y todas con sus ritos y con su lenguaje bastardo -que no neolenguaje-, que pretenden imponer su modelo de familia...

Tan adalides de la libertad son, como vimos ayer, que pretenden privar a las personas de morir dignamente y cuando así lo deseen, condenándolas a la desesperanza, al dolor, a la depresión continua en una nebulosa de fármacos y opiáceos... Así es la derecha... en la que, cómo no, hemos de incluir a la Iglesia católica, cuya tasa de incidencia de decrepitud, de tufo rancio y nauseabundo también alcanza cotas muy elevadas. Su anclaje en el pasado, en ese estilo de vida contrario a su propio catecismo, su gusto por los placeres mundanos alcanzando la degeneración, por la riqueza y los lujos... harían que las propias imágenes de los pasos/tronos que no saldrán en esta Semana Santa quisiera echar a correr haciéndoles un corte de mangas.

PP, Vox y la Iglesia nos quieren condenar. El derecho a morir dignamente tan sólo es una libertad más de la que nos quieren privar. Pretenden reflejar su autoritarismo en quienes sí promueven libertades reales, pensando quizá que pueda llegar a ser contagioso. Presentan la ley de eutanasia como si ésta obligara a suicidarse, como si fuera un cheque en blanco para quienes quieran quitarse de en medio a personas enfermas dependientes.

Nada más lejos de la realidad y, por mucho que mientan a la opinión pública, por mucho que hagan perder el tiempo al Tribunal Constitucional, como ya hicieron con la ley de matrimonio de personas del mismo sexo (de la que luego bien que se han beneficiado), no conseguirán revertir el avance de la democracia ayer en España.

Quizás todos ellos, PP, Vox e Iglesia católica, anoche tuvieron que tirar de cilicio para no terminar haciendo lo que hacen siempre: contradecir sus palabras con sus hechos. Por nosotros y nosotras no será: pueden seguir sufriendo y morir indignamente tanto como quieran... como todos y todas. Eso es libertad, la mejor vacuna contra la pandemia que la derecha lleva siglos padeciendo.

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