Punto de Fisión

Twitter es ETA

Un día nuestro muy cristiano y teresiano ministro del Interior tuvo una iluminación: limpiar twitter de indesesables. Fue una visión mariana, en technicolor, espléndida de querubines y arpas celestiales, como la de González Pons cuando atisbó que el paro se acabaría en cuanto la derecha tocara pelo: Misión Imposible 2. De entrada, ayer le llegaron al ministro 17.500 denuncias por antisemitismo deportivo, algunas de las cuales exhortaban a llevar a los judíos de regreso a las cámaras de gas (afortunadamente, al parecer, ninguna reclamaba la vuelta a la esclavitud para los negros del Maccabi).

Antes de dedicarse de lleno al baloncesto, ya se ha cursado la orden de detención contra unos cuantos peligrosos adolescentes que han amenazado de muerte a diversas señoronas del PP. Como twitter (al igual que facebook, España y el mundo en general) está repleto de tontos, se prevé que a la autoridad no le va a faltar trabajo. Esto de limpiar las calles de tontos no deja de ser una idea para vaciarlas también de esos policías demasiado vehementes a los que se les va la mano en cuanto los sacan del furgón. Mientras más homínidos uniformados con la zarpa floja se queden controlando las redes sociales, descifrando mensajes en 140 caracteres entre plátano y plátano, menos peligro habrá de que vayan luego por ahí partiendo espaldas a porrazos.

No obstante, al ritmo que lleva Fernández Díaz, a los jueces no les va quedar otra que indultar a los pocos narcotraficantes que aún cumplen condena para hacer sitio en prisión a esta muchachada mal hablada y mal escrita. Es más, otra final perdida contra el Maccabi y tienen que soltar también a los etarras, yihadistas, violadores, políticos corruptos, asesinos convictos y demás pacíficos criminales. Al fin y al cabo, la cárcel está para reformar, una universidad obligatoria para estos jóvenes díscolos que atentan a la vez contra la educación, la gramática y el buen gusto. Por eso ningún banquero ha sufrido jamás pena de cárcel en España: porque no hay quien los reforme. Parafraseando a De Quincey, se empieza por matar a palos a una mujer o por pasar una tonelada de cocaína en el yate y se acaba por retuitear cualquier gilipollez fúnebre.

El PP es un partido con la psicología de un perro de presa: vive para currarse, como decía Quique San Francisco de su bull terrier blanco, una especie de tiburón a cuatro patas que ya había destripado a varios chuchos que osaron cruzarse en su camino y al que, si mal no recuerdo, le puso de nombre "Florián". Si no quedan etarras, pues tendrán que ser tuiteros, porque ya se sabe como empiezan estas cosas: primero el pensamiento, luego el acto. Un tuit no es más que una pintada virtual saltando de retrete en retrete y Fernández Díaz, a base de precognición y con la ayuda de la Virgen, los va examinando y descartando por docenas, igual que Tom Cruise evitaba los asesinatos en Minority Report antes de que se produjeran. Con Ana Pastor, el Gran Wyoming, los catalanes y los judíos hay barra libre, pero mucho cuidado con reírse de la Cifuentes, que se caga la perra. Tener a un ministro teresiano al frente de la policía significa que los delitos ya no vienen descritos en el código penal sino en el catecismo: ahora los hay de pensamiento, palabra, acto y omisión. Lo siguiente es que detengan a la gente sólo por pensar pero tranquilos, que Fernández Díaz es ministro del Interior por algo.

 

Más Noticias