Punto de Fisión

El aborto de ley del aborto

Tiene gracia que vayan a abortar la ley del aborto prácticamente fuera de plazo, cuando la pobre ley ya estaba sobre el paritorio y había roto aguas. Lo cierto es que era un aborto de ley del aborto, lleno de malformaciones, violaciones y abusos, así que mejor desgraciar el proyecto que parir un monstruo decimonónico que daba miedo, pena y asco. Sus progenitores, quienes han estado meses e incluso años redactando semejante feto sintáctico, deberán resignarse y pensar que tal vez pronto puedan dar a luz otro aborto de ley del que esta vez se sientan orgullosos. Para colmo, este aborto de ley traía además mucho retraso.

Andaba el aborto de ley arrastrando las babas del ministerio al parlamento y del parlamento al ministerio, como la criatura de Frankenstein buscando amigos entre el populacho. No hizo ni uno, ni siquiera en su propia bancada, y eso que se supone que era un encargo del jefe supremo: "Mira, te vas a encerrar en tu laboratorio con tus asesores, tus fiscales y tus obispos, y me vas a sacar una ley del aborto que no haya por donde cogerla". No se puede decir que Gallardón no haya cumplido a la perfección las instrucciones, que está el país que se cae a cachos entre corruptos, incorruptos, tesoreros e indultos, y lo único que relucía en las puertas del ministerio de Justicia era un cartel bien gordo: "No molestar. Estamos abortando".

Cuando esta primavera se descubrió que Gallardón estaba tallando la ley en las tablillas del Antiguo Testamento, le advirtieron que no fuese tan antiguo y que por lo menos le pusiera minifalda, a ver si podían rascar algún voto. Se tiraron meses para corregir un par de artículos, como si en vez de una mierda de ley estuvieran reescribiendo Madame Bovary en la cocina de Bélmez mediante la técnica de la ouija. El jubilado Rouco Varela le podía haber resumido la ley a Gallardón en un solo mandamiento rotundo: "No abortarás". Sin embargo, las discusiones del comité de expertos deben de haber sido épicas, un reality estilo Master Chef con planos a escala de la matriz y ecografías de embriones de dos semanas:

–Mira, mira qué malformación.

–Perdona, pero eso es el clítoris, me parece a mí.

Finalmente, al ministro le ha perdido el exceso de celo: "Te pedí una ley del aborto, no un aborto de ley, a ver si te enteras". Gallardón se ha enterado de golpe que en el PP ya no lo quieren ni en ecografía, un rumor que corría por los pasillos de Génova y por las tabernas de alrededores del congreso, donde las apuestas no eran si le iban a cortar la cabeza sino en qué cesto caería y cuándo. En El Padrino, Vito Corleone le advertía a su hijo Michael: "Ten cerca a tus amigos pero más cerca a tus enemigos". Se conoce que Gallardón no ha digerido bien la película porque no vio venir la puñalada de practicante que le endiñaban mientras le daban palmaditas en la espalda. Por no digerir, ni siquiera ha digerido aquella escena de Showgirls en que la bailarina suplente le hace la zancadilla a la principal para que se escoñe escaleras abajo. Toma aborto, maja.

 

 

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