Punto de Fisión

Cospedal en diferido

El martes por la mañana, temprano, María Dolores de Cospedal se levantó con el pie izquierdo y sugirió la posibilidad de un pacto de gobierno entre el PSOE y el PP "no para neutralizar a nadie sino para garantizar la gobernabilidad del país". A Pablo Iglesias le tienen tanto respeto que ya ni lo citan de frente, igual que cuando Mariano entrecomilla a sus otrora conocidos que hoy se revuelcan en el fango de la corrupción, no vaya a pensar la gente que en un tiempo lejano él tuvo algo que ver con cierto ministro de Economía que fundía tarjetas de crédito de madrugada o con cierto tesorero entre rejas al que mandaba mensajes de ánimo porque él con el móvil es un manazas. "No queremos neutralizar a ese partido del que usted me habla" podía haber dicho Cospedal.

El pacto era en diferido y las declaraciones también. Por eso, apenas unas horas después, estaba diciendo exactamente lo contrario, es decir, que ella nunca se había planteado la hipótesis de una coalición con el PSOE, por favor, cómo puede usted pensar eso. No esperábamos otra cosa de Cospedal, es más, no esperábamos ninguna. La palabra de Cospedal es como la merluza fresca: se pasa en seguida y al rato empieza a oler mal. Sin embargo, mantenida en el hielo de la grabación, parecía que la hubiese dicho el mismo día. Como había soltado el globo sonda en Telecinco (una televisión que casi nadie oye pero que todo el mundo ve) tuvo la mala suerte de que alguien la confundiera con una tertuliana de Sálvame De Luxe o con una concursante de Mujeres y hombres y viceversa y, claro, a los cinco minutos la parida ya era portada nacional y trending topic entre los internautas.

Dio la casualidad de que por ahí andaba Pdr Snchz, que lleva unos días retractándose de todo lo dicho y hecho en los últimos diez años, igual que el otro Pdr, Sn Pdr, que cuando le preguntaron si no conocería al Mesías dijo que a quién iba a conocer él, si lo suyo era la pesca. A Pdr Snchz también le faltó tiempo para desmentir a Cospedal, que la María Dolores esa ni sabe quién es, que lo del artículo 135 había sido un patinazo de juventud, y que ni PP ni PSOE ni viceversa. Lo que ocurre es que la idea del pacto entre poppulares y psocialistas, en cuestión de unos minutos había calado hondo en el inconsciente colectivo (que siempre ha sido un inconsciente, hay que reconocerlo) y ya no sonaba tan descabellado como al principio. Como que el inconsciente colectivo comprendió que las últimas cuatro décadas de democracia en España, salvando el prólogo de UCD, había sido únicamente un especial muy largo de PSOE y PP y viceversa.

Cospedal se arrepintió en seguida de sus palabras, y a poco de clarear la tarde ya se las había comido con patatas. Luego, como llevaba hambre atrasada, pidió de cena aquella propuesta de que gobernara la lista más votada. Es lo bueno de ser cristiano viejo, que puedes arrepentirte ipso facto del pecado cometido y más aun, que si no pecas, luego no hay manera de que te arrepientas. Por un momento parecía que PP y PSOE iban a hacer migas juntos pero la solicitud de amistad no prosperó y mañana será otro día.

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