Pdr Snchz, el artista anteriormente conocido como Pedro Sánchez, es el yerno favorito de cualquier oposición, el novio deseado para cualquier pacto, el socio ideal para cualquier negocio, el mejor plan para alguien que no tenga nada mejor que hacer. Jesús Calleja se lo llevó de mochila a varias escaladas y un intelectual tan sólido como Jorge Javier Vázquez le ha demostrado su amor incondicional. No sólo es el político más atractivo de España sino también el hombre más querido por los votantes del PSOE y también por los del PP.

No obstante, a pesar de su encanto indudable, hay ciertas dudas que planean sobre su figura. No es que sean dudas importantes, nada que un buen asesor de imagen no pueda limpiar con una buena capa de marketing, ningún obstáculo que le impida a un político sentarse en la Moncloa, no, no, nada de eso, pero ahí están. Dudas, podríamos decir, existenciales, pequeños equívocos que giran en torno a su interpretación de cierto artículo de la Constitución o de su actuación en la asamblea de Caja Madrid. Tampoco se sabe muy bien si está a favor de un referéndum en Cataluña, si es republicano o monárquico, si es católico o apostólico, si es socialista o del Madrid. Todas esas cuestiones, y otras no menos acuciantes, ha decidido contestarlas sin ambages en esta entrevista.

–Señor Snchz, ¿no cree que es un error prescindir de las vocales cuando su nombre, dicho así, Pdr, suena directamente a pedorreta?

–Jajajjajaaj. No.

–¿No lo ha hecho para parecerse a ZP?

–¿ZP? ¿Quién es ese?

–Zapatero.

–Soy muy amigo de Zapatero. Muy amigo, muy amigo, que conste. La presidencia de Felipe González supuso la España de los derechos y la de Zapatero, la España de las libertades. Si yo gano las elecciones, intentaré proponer la España de las oportunidades.

–¿No le suena un poco a rebajas?

–No, no. Oportunidades no es lo mismo que rebajas.

–Me refería a la gradación, o mejor dicho, degradación ideológica de esa trinidad. Derechos, libertades, oportunidades.

–¿A usted no le gustan las oportunidades?

–Para ir de compras, sí. Pero, ya que estamos en ello, ¿no cree que usted abusa mucho del oportunismo?

–En absoluto. Yo soy un hombre de firmes convicciones.

–¿Y no le parece oportunista sumarse a la petición de disolución de la Troika apenas cuatro días después de que lo propusiera el Ministro de Finanzas griego?

–Yo siempre he pedido la disolución de la Troika. Casi no hago otra cosa, hacerme fotos y pedir que la Troika se disuelva. Lo que me dio mucha pena fue la muerte de Demis Roussos.

–Señor Snchz, ¿estaría usted dispuesto a pactar con el PP una posible alianza electoral?

–Nunca. En ningún caso.

–Sin embargo, hace unos días afirmó que lo haría por el bien de los españoles.

–Jajjajajajaja. ¿En serio dije eso? Bueno, lo diría por algo.

–Ya, pero es que son dos afirmaciones contradictorias.

–¿Contradictorias? ¿Por qué?

–Contradictorias quiere decir que se excluyen mutuamente. Como por ejemplo, cuando usted dice que es al mismo tiempo monárquico y republicano.

–Eso es sencillísimo de entender, hombre. Verá, yo pertenezco a un partido de tradición republicana. ¿Me sigue hasta ahí?

–Sí.

–Sin embargo, según la Constitución, España es una monarquía. Y yo soy español. ¿Ve? Ahí lo tiene. Monárquico y republicano a la vez. Lo que ya no soy es juancarlista.

–Ya. Yo también soy español pero soy republicano. Y además la Constitución se puede cambiar.

–De ninguna manera, no se puede cambiar ni una coma. Es un texto sagrado, el consenso que nos dimos los españoles, bla, bla, bla.

–Ya, sin embargo, a lo largo de estos años, se han cambiado varios artículos de la Constitución. Usted, sin ir más lejos, votó a favor de reformar el artículo 135.

–Jajjajajaaja, ¿de verdad yo voté eso?

–Sí. En agosto de 2011, una reforma económica conjunta que llevaron adelante Zapatero y Rajoy.

–Bueno, entonces yo era un mandado, un diputado raso, un piernas de la política. A mí me decían, Pedrito, vota esto. Y yo iba y lo votaba. Ahora es distinto, ahora quiero reformar otra vez ese artículo 135, que estaba muy bien como estaba.

–Pero como consejero de Caja Madrid, en tiempos de Blesa, también voto a favor de las preferentes que arruinaron a miles de españoles y de la adquisición del Banco de Florida que arruinó a la entidad y obligó a su rescate.

–Son cosas que pasan. A ver si voy a tener yo la culpa de que no haya república en España.

–Bueno, su partido votó en contra de un posible referéndum.

–¿Mi partido? ¿Cuál de ellos?

–El PSOE.

–Ah, pero ya le dije en el PSOE que yo soy un simple diputado raso. ¿Ve la O esa de Obrero? Pues ese soy yo.

–Pero fue una votación que se produjo en septiembre del año pasado, señor Snchz,. Hace menos de cuatro meses, cuando usted ya era Secretario General.

–Jajjajajajaja. ¿Era para la monarquía? Yo creía que era para blindar a la Troika. Si es que a veces me lío yo solo.

–Una última pregunta, señor Snchz, ¿usted es de izquierdas o de derechas?

–Eso se responde solo. Verá, el PSOE es la única alternativa al PP. Recuerde que Rajoy sólo gobierna para los ricos, para el diez por ciento de la población. Cuando el PSOE vuelva al poder cambiará eso, se lo aseguro.

–El PSOE tuvo ocho años con Zapatero para cambiar esa situación y casi doce con Felipe González. Veinte años de socialismo gobernando para los banqueros. ¿Por qué íbamos a creerle esta vez, señor Snchz?

–Porque soy un tío legal y con las ideas claras. Muera la Troika, no a la prisión permanente revisable, viva Calleja.

–¿El de los cuentos?

–Ese mismo.

(Nota: esta entrevista, aunque no lo parezca, es falsa. Sin embargo, sólo las declaraciones más increíbles son verdaderas).