Punto de Fisión

Las verdades del barquillero

A la gente del PP se le pueden reprochar muchas cosas excepto que no sean absolutamente sinceros. Lo son hasta un extremo que roza el garrotazo y si muchos de sus votantes no se apean de la burra es precisamente por afinidad espiritual, por confusión de identidades o por ambas circunstancias juntas. La historia recuerda aquel relato de Poe en que llamaban al célebre detective Auguste Dupin para que intentara encontrar una carta comprometedora en la residencia de un embajador. La policía ya había registrado la casa de arriba abajo, utilizando sabuesos, albañiles y especialistas de todo tipo, pero no se les había ocurrido mirar delante de sus narices, que suele ser el lugar más obvio para esconder lo que no puede esconderse.

Así, en un mítin a cuatro manos perpetrado en Madrid con la actuación estelar de Jose Mari Aznar y señora, las verdades del barquillero fueron cayendo una detrás de otra como árboles del Retiro sobre despistados lugareños. Según Aznar, Ana Botella "ha trabajado como nadie y deja un legado como nadie", algo que no se puede discutir viendo la tempestad de mierda que asola nuestras calles, los impuestos con que ha frito vivos a los madrileños y la deuda millonaria que dejará arruinada a la capital durante las próximas décadas. "Madrid ha sido el mejor ejemplo del proyecto del PP" continuó Jose Mari, ya completamente desbigotado. ¿Y quién podría negarlo? Son incontestables triunfos de la alcaldesa heredera y de sus antecesores en el cargo el desastre urbanístico, la cultura arrasada, los niveles angustiosos de contaminación medioambiental, las obras interminables con que viandantes y conductores disfrutamos durante años del arte del taladro, la mudanza a veinte metros de la estatua de Colón para que le diera el aire, el triple y costosísimo fracaso olímpico, y las formidables ayudas económicas a Florentino Pérez y Enrique Cerezo para que sus humildes bandas de tuercebotas sigan dando lustre y esplendor a la villa y corte.

Aguirre, que vio brillar el cuchillo entre los elogios incontestables del prócer, se defendió replicando que Aznar era "el referente político y moral" del PP, el que mejor representa los valores de la formación, algo que no está de más recordar cuando muchos pensábamos que el referente político y moral del PP era Bárcenas. Pero no se puede pasar por alto la responsabilidad presidencial en el saqueo de Bankia, en la tutela económica de don Rodrigo Rato y en una cuadrilla de ministros donde casi sale una quiniela premiada de catorce entre encarcelados, imputados y sobreseídos. Esto del referente moral es algo muy del PP: ya en su día Aznar puso de ejemplo a Matas, actualmente entre rejas, y saltando de referente en referente uno podría ir de Fraga a Torquemada pasando por Franco, Millán Astray y Fernando VII.

Para rematar la faena en esta soleada tarde de mayo, Cristina Cifuentes advirtió: "Las elecciones del día 24 son absolutamente trascendentales, porque nos estamos jugando un modelo de prosperidad que ha costado muchísimo conseguir". No se puede decir más claro: el día 24 nos jugamos que Madrid siga convertida en una cochiquera, una plaza de toros, un desierto cultural, un lodazal de porquería ética cuyo Ayuntamiento y cuya Comunidad están minados de ladrones desde hace más de dos décadas. La prosperidad a la que se refiere Cifuentes, por supuesto, es toda suya.

 

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