Punto de Fisión

El programa de Cospedal en concreto

El pasado 14 de abril, fecha simbólica donde las haya, María Dolores de Cospedal anunció en la Fundación Caminos: "Yo me presento con un programa concreto y diciendo claramente lo que quiero hacer". A fecha de hoy, cuando faltan tres días para cerrar las elecciones, Cospedal ha presentado un folio en blanco como único programa electoral, para que cada votante lo rellene con lo que le dé la gana. En cuanto a sus intenciones, no se pueden decir más claramente: ni siquiera ha abierto la boca. Más concreto imposible.

Hemingway, siguiendo el consejo de Chejov, decía que un cuento era como un iceberg: lo mejor es que tres cuartas partes permanezcan sumergidas. Cospedal, llevando al límite este principio narrativo de la elipsis, se ha cargado hasta el título. Sólo le falta aparecer en las ruedas de prensa como Marcel Marceau, con la cara pintada de blanco, sin decir ni mu y haciendo aspavientos con las manos. Pensándolo bien, el mimo francés todavía daba muchas pistas: lo mejor sería salir como Marcel Marceau pero con burka.

Puesto que Mariano se dedicó desde el primer día en que ganó las elecciones a traicionar uno por uno todos los puntos de su ideario (con la posible salvedad de su oposición al matrimonio gay), la todopoderosa señora de Castilla-La Mancha ha debido pensar que lo mejor es no decepcionar a sus posibles electores con ideas y propuestas concretas, de ésas que puedes incumplir a la primera de cambio. Es mucho mejor un programa electoral en abstracto y, por eso, en el apartado dedicado a "Mis ideas" (https://presidentacospedal.com/temas/mis-ideas/) aparecen principios inmutables de la física como, por ejemplo, "El PP trabaja por España". Una de las mejores frases, y también de las más largas, de este tratado de filosofía popular es este alirón sanitario que comienza con una impresionante perífrasis verbal: "Vamos a ser capaces de abonar a los profesionales sanitarios los 14 millones de euros, que tenían pendientes de reconocimiento, por la carrera profesional". Para acercarse mínimamente a la verdad, a este cínico ejercicio de sintaxis le faltan, como poco, dos signos de interrogación, uno al principio y otro al final. Los miles de profesionales despedidos, los derechos recortados, los dependientes fallecidos por falta de ayuda, las alas de servicios médicos destruidas, las listas de espera interminables, los servicios fundamentales privatizados y los millones sustraídos a mayor gloria de Capio son la parte sumergida del iceberg. Chúpate ésa, Hemingway.

Dicho de otro modo, Cospedal no ha prometido nada a sus futuros votantes, para que se vayan preparando. Creíamos que lo de "no puedo prometerte nada" era una frase hecha hasta que esta mujer lo ha convertido en eslogan, tan explícito que ni siquiera aparece en los carteles. Sería demasiado obvio señalar que el programa de Cospedal en concreto viene publicado en diferido y en forma de simulación. En cuanto a su marido y su gloriosa prosperidad económica, mejor no decir nada, excepto el aforismo clásico de que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer y detrás de ésta, la presidencia de una comunidad autónoma.

 

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