Punto de Fisión

Esta absurda democracia

Últimamente se está oyendo mucho hablar de los peligros de la democracia, mayormente por parte de demócratas. No les falta razón. En un plató de televisión, que suele ser el lugar donde los políticos hacen sus mejores declaraciones (excepto Mariano, que se aparece directamente en plan poltertgeist), una señora del PP dijo la semana pasada: "Ojo, que las urnas son peligrosas". Ojo, que la señora es ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, más o menos por ese orden, y, por si fuera poco, responde al nostálgico apellido de Tejerina. Afortunadamente, por lo que se ve, no lleva pistola ni tricornio ni bigote.

La frase recuerda inmediatamente aquella advertencia de Gila: "Es lo malo de las guerras, que tienen un peligro". Las urnas, también. Vistos los gobiernos y presidentes que hemos padecido a lo largo de cuatro décadas, es difícil no estar de acuerdo con Tejerina, una mujer que se podía haber puesto de ejemplo ella misma si no fuese porque en su hábitat la competencia es muy dura. El PP al completo tiene más peligro que Chicote en un Burger King. A estas horas en Grecia o habrá salido el sí o habrá salido el no, ya que es ciertamente difícil que esta vez la moneda cayera de canto. Yo escribo todavía sin saberlo, aunque con el eco de quienes llevan días llamando a Tsipras chantajista, a Varoufakis incompetente y al pueblo griego tonto, ignorante o todo junto; para empezar por votar lo que no deben, es decir, a Syriza. Por eso me da que va a salir no.

El ídolo de masas de la FAES, Jose Mari Aznar, ha resumido las dos posibles respuestas al referéndum con una de esas sentencias ciceronianas que intentan sonar a Churchill y suenan más bien a Mariano Ozores: "Si gana el no en Grecia, la situación será desesperada; si gana el sí, casi desesperada". ¡No, hija, no! Ya se sabe que en el PP la democracia funciona igual que con los marines: ellos vienen a salvarla, no a practicarla. En Génova la antigua democracia manual fue reemplazada por la democracia digital: a dedo fueron elegidos, entre otros, Mariano candidato, y Ana Botella alcaldesa. De otra cosa no, pero de apéndices digitales Jose Mari sabe un montón; no hay más que recordar aquella foto en que mostraba el dedo corazón a unos jóvenes estudiantes como muestra de cariño y respeto, al estilo Bárcenas.

En definitiva, casi todos los expertos están de acuerdo en que el pueblo griego no está preparado para decidir sobre las condiciones económicas en que van a vivir en el futuro, aunque curiosamente sí que lo estaba para decidir sobre quiénes tendrían que decidirlo. El pueblo griego es que tiene mal gusto, igual que ciertos premios Nobel de Economía, y por eso es mejor que se dejen aconsejar por los banqueros y los tecnócratas de Bruselas, que a esos no los ha elegido nadie. Al fin y al cabo, banquero más o menos, son los mismos expertos que organizaron la crisis mundial en donde estamos enfangados desde entonces. A Bruselas habría que mandar a Chicote mientras el pueblo, con votar en Eurovisión, ya tendría bastante.

 

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