Punto de Fisión

Mariano y la relatividad popular

En breve se cumple un siglo de la publicación de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, unas cuantas fórmulas matemáticas que han cambiado la faz del mundo para siempre. Hoy parece fácil de explicar pero basta una anécdota, quizá apócrifa, para desmentir su popularidad; cuando interrogaron a sir Arthur Eddington para comprobar si era verdad que se trataba de una teoría tan compleja que sólo tres personas en el mundo la comprendían en toda su magnitud, el gran físico británico se quedó callado un momento y comentó: "Me pregunto quién será la tercera".

Por lo poco que yo sé, la teoría de la relatividad general supone una ampliación de la teoría relatividad especial formulada en 1905 donde Einstein incluyó las ecuaciones aplicadas a un campo gravitatorio. Cien años después, Mariano, acaba de presentar la teoría de la relatividad popular en una intervención ante los diputados de su partido. Se trata de una formulación nueva y sorprendente de la famosa ecuación de Einstein, E=mc2, para adecuarla también a los descubrimientos científicos de Gürtel, Púnica y Taula. Es decir, según el PP, España es igual a la mierda por la corrupción elevada al cuadrado.

"Cien años de relatividad", en efecto, parece el título de una novela de Gabriel García Einstein, pero también podría ser el lema del gobierno de Mariano tras los célebres "cien años de honradez" de Felipe González. Como a los psocialistas la honradez no les duró ni ocho años, los ppopulares han recurrido al acelerador de partículas para igualar la marca de ministros enchironados y podredumbre institucional que definieron al felipismo y concentrarlos en una sola legislatura. Es como si el PP y el PSOE estuvieran embarcados en una versión de la carrera espacial durante la guerra fría pero con España en vez de la Luna como objetivo y ladrones en lugar de cohetes.

En uno de sus ya históricos lapsus labiales, que revelan la verdad incluso cuando está mintiendo, Mariano ha confesado al fin lo que ya sabía todo el país después de los agujeros negros de los sobres, las tarjetas black y los cuadernos de Bárcenas. "Esto se acabó y aquí ya no se pasa por ninguna" ha dicho. El verbo empleado -acabar- no sólo viene a tirar por tierra la hipótesis del caso aislado sino que alude a un prolongado hábito de robar que ya está durando mucho. En cuanto al adverbio temporal "ya", presupone que antes se había pasado muchas veces por el mismo sitio. No sólo Valencia sino también Baleares, Madrid, Castilla-La Mancha, Galicia y, sobre todo, Suiza. Gracias a la contracción del espacio-tiempo profetizada por Einstein, el Mariano de 2016 sigue siendo aquel mismo Mariano de 2007 que decía "Coño, Alfonso, te quiero, coño" y proclamaba con orgullo "tus éxitos los considero mis éxitos, aparte de los del Partido Popular (...). Yo quiero que lo que ha pasado aquí pase en otras muchas regiones de España y se puede hacer y yo puedo presentarme y decir éstas son mis credenciales". Ha pasado, Mariano, lo habéis hecho y éstas son tus credenciales: E=mc2.

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