Punto de Fisión

Teléfono naranja: volamos hacia Trump

Nota: Este es un diálogo completamente imaginario, lo cual no lo convierte necesariamente en irreal. Por razones de legibilidad, se han suprimido las intervenciones de los traductores simultáneos y posteriormente también se han suprimido los traductores simultáneos.

-¿Mariano? ¿Te da igual que te llame Mariano?

-No, claro. ¿Puedo yo llamarte Burger King?

-Es Donald.

-Ah, Donald. ¿Con queso o sin queso?

-Mira, prefiero Mariano, si no te importa. Es que Rajoy es muy difícil, tengo problemas con la jota y con esa erre doble vuestra.

-Creo que no es lo único con lo que tienes problemas, jejeje.

-No, la verdad es que llevo dos semanas en el cargo y ya me he metido de lleno en varias charcas. ¿Se dice así? ¿Charcas?

-Charcos, se dice charcos. Pero tú y yo jugamos a lo grande. Mejor charcas, estanques, lagunas, estercoleros. Yo me meto hasta los sobacos, sin pensar. No hay que pensarlo mucho. En la pasada legislatura fui saltando de charco en charco y mírame, oye, me eligen otra vez.

-Por eso te llamaba, Mariano. Mis asesores me han dicho que tengo que hablar contigo, que eres el único dirigente mundial que puede enseñarme cómo caer de pie.

-Bueno, bueno, cuánto honor, Burger, digo Donald.

-No, en serio. Dicen que llevas cayendo de pie décadas. Más o menos desde que hundiste aquel petrolero en la costa gallega.

-Hombre, Donald, que no lo hundí yo. Infórmate un poco.

-No, vale, pero lo de los hilillos fue genial, reconócelo.

-Es un gracejo que tengo. Y buenos asesores. Hay que rodearse de buenos asesores.

-Sí, ya he visto que tienes un equipo cojonudo. Ya quisiera yo un contable como ése que tenéis ahí. ¿Cómo se llama? ¿Bárcenas?

-Yo no tengo nada que ver con ese señor del que usted me habla.

-Pero si le estabas mandando mensajes hasta el último día, le pedías tranquilidad y hasta le decías que hacíais lo que podíais.

-¿Eso lo has leído en un informe de la CIA o en WikiLeaks?

-No, hombre, lo he leído en el periódico. En uno español, creo.

-¿En el Marca?

-Jajajajaja, eres un cachondo, Mariano. No me extraña que te voten a manos llenas. Qué buenos ratos haces pasar.

-No es cosa menor.

-Pues lo que te decía, a ver si me puedes echar una mano y me explicas cómo haceís con los jueces en España. Joder, qué suerte téneis. Yo en Estados Unidos no puedo ni mover ficha sin permiso de un juez.

-Es el político el que elige al juez y es el juez el que quiere que sean los políticos el juez.

-Sí, lo que tú digas. Pero mira lo que me ha ocurrido con lo del veto a los moros en la aduana. Van los jueces y me ningunean. Allí os sale un juez respondón y lo apartáis como a una colilla. Garzón, Silva... Al que se mueve, a la puta calle.

-Hombre, Donald, son los procedimientos democráticos.

-Jajajajajaa, no me hagas reír, hombre, que me despeino.

-En serio te lo digo. Hay que andarse ojo avizor.

-Ya, ya he visto cómo os zumbasteis a quince negros que pretendían colarse por una playa. Así se hace, coño, a tomar por culo.

-Hombre, Donald, fueron quince accidentes.

-Jajajjajajajaa, para, para, que me va a dar algo. ¿Tú también estudiaste inglés con Ansar o Asnar o como se diga?

-Yo tampoco tengo nada que ver con ese otro señor del que usted me habla.

-¿No? Pues creía que te había designado sucesor a dedo.

-Insidias.

-¿Eh? ¿Se te ha metido algo en la boca?

-Insidias. Inventos de los periodistas.

-Ah, los periodistas. Tienes que enseñarme también a hablar con los periodistas. Ya no sé si salir a las ruedas de prensa con Melania o sin Melania.

-Déjate de Melanias. Para hablar con la prensa lo primero que tienes que tienes que hacer es comprarte una televisión de plasma.

-¿De plasma?

-Y bien gorda. La más gorda que tengan. Y cuando haya un lío, te metes ahí dentro.

-OK. Oye, tengo que colgar, que vienen los peluqueros a arreglarme el tejado.

-Pues nada, Donald, un placer.

-Y en cuanto a Bárcenas, si no lo quéreis allí, me lo mandas. Lo pongo a dirigir Wall Street y nos forramos.

 

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