Punto de Fisión

El PP está lleno de infantas

El juicio por la trama Gürtel va camino de convertirse en el caso de poltergeist más famoso de la historia. Resulta que la sede de la calle Génova 13 es un caserón encantado que ríete de las caras de Bélmez o de la Mansión Winchester. En esta última, la viuda de William W. Winchester, el inventor del rifle de repetición, estuvo añadiendo habitaciones, pisos, puertas y tragaluces durante cuatro décadas, temerosa de que los fantasmas de las víctimas asesinadas por el invento de su marido vinieran un día a buscarla y pedirle cuentas. Para evitarlo, cada noche dormía en una de las 40 habitaciones de la casa, plagada de recovecos, puertas falsas y escaleras que no dan a ningún sitio. El lugar tiene un ilustre historial de apariciones y fenómenos extraños, pero espíritus aparte, se recomienda a los visitantes que no entren sin un guía porque en caso contrario no se garantiza que salgan.

De hecho, la Mansión Winchester es un laberinto tan intrincado que, según la leyenda, durante el célebre terremoto de San Francisco, gran parte de un ala se desmoronó, la señora Sarah Winchester se quedó atrapada en el interior y los bomberos tardaron varios días hasta dar con ella, a punto de morir de sed e inanición. En Génova 13 la versión oficiosa del terremoto de San Francisco ha sido la instrucción de la trama Gürtel, cuyo derrumbre no sólo ha tirado abajo varias plantas y despachos del edificio sino que ha puesto al descubierto una serie de fenómenos paranormales sin parangón en los anales de las ciencias ocultas. Sí, también es verdad que son fenómenos para anormales, ya que cuentan con el respaldo ciego de ocho millones de científicos.

Los investigadores no saben por dónde empezar las pesquisas, seguramente por eso mismo están tardando tanto. Pero ayer mismo, en los juzgados, se produjo un caso único en la historia de la parapsicología, un cuarteto de telépatas respondiendo exactamente lo mismo en los juzgados: "No sé, no me consta, lo desconzoco, no tenía ni idea". No menos asombroso que este alarde de telepatía múltiple es el hecho de que estas cuatro páginas en blanco estuvieran a cargo de diversos ministerios y organismos oficiales durante años y años. Según los expertos, Acebes, Mayor Oreja, Arenas y Rato podían hallarse bajo el hechizo del denominado "efecto infanta", una paralización de las facultades mentales que deja a las víctimas reducidas al estado de meninas, aunque también opinan que esta vez va a ser muy difícil saber cuál de ellos es el marido.

Así, gracias al "efecto infanta", se explica no sólo que hayan desaparecido 60.600 millones (casi el número de la Bestia) en el rescate bancario, sino también el inexplicable ajetreo de sobres, donaciones ilegales y cuentas de dinero negro en Suiza, la destrucción de discos duros y el interminable desfile de empresarios magnánimos que marchaban con sus maletines por los pasillos de Génova sin que nadie se enterase de nada. Después de esto, se ha decidido declarar a la Mansión Winchester parque infantil y a las caras de Bélmez, portavoces del gobierno. Luis Bárcenas, según declaraciones de los cuatro telépatas, no tiene nada que ver: sólo era un becario de Cuarto Milenio enviado para aclarar estos portentos financieros al que se le fue un poco la mano con una psicofonía de Mariano.

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