Punto de Fisión

Casado con todas

El sábado, en un ejercicio inédito de democracia interna, los militantes del PP elegirán al sucesor de Mariano Rajoy, lo cual será como despedirse del pasado para encarar definitivamente el pretérito. Será el más difícil todavía, porque esta gente no está acostumbrada a votar sin guía, perro pastor, baliza de señales o sermón dominical: muchos echarán de menos a las monjas que les entregaban la papeleta rellena junto con la bolsa de la merienda antes de devolverlos al asilo. Para otros, elegir entre Soraya y Pablo, una vez más, después de elegir a Soraya en vez de a Pablo, va a ser como jugarse a cara o cruz los garbanzos.

Sesudos analistas han visto en el enfrentamiento entre la Vicepresidenta Portátil y el Cuñado Portavoz como una lucha entre el género y la edad, como si los 47 años de Soraya frente a los 37 de Pablo la condenaran definitivamente al Pleistoceno de Fraga y demás fragasaurios. Partidario de la regeneración y del cambio, al joven mozalbete lo acaban de lastrar con un video en que aparece a la sombra de Aguirre, Aznar, Margallo, Cospedal, Catalá y otros dirigentes históricos, creciendo a cada nuevo espaldarazo y a cada nuevo apretón de manos como si lo regaran con champú de huevo. "No hemos llegado hasta aquí para que nada cambie" dijo Pablo, olvidando citar la segunda parte de la famosa frase de Lampedusa, es decir, que todo cambie para que todo siga igual.

En la tradicional pelea de puñaladas que tiene lugar en la trastienda de Génova, entre videos de primera y declaraciones de segunda, ambos rivales intentan sumar simpatías incluso desde fuera de su propio partido para inclinar la balanza a su favor. No obstante, al igual que sucede en el judo, estas simpatías podrían servir también para que el contrario lo tome de punto de apoyo, haga palanca y estampe al otro contra el suelo.

Por ejemplo, después de que Pedro Sánchez calificara a Casado de situarse a un palmo de la ultraderecha y de que Zapatero le regalara a Santamaría una de sus maléficas sonrisas, la exvicepresidenta parece el candidato preferido del PSOE, lo cual va a resultarle fatal. Por otro lado, los neandertales de Hazte Oír han decicido apoyar en bloque a Casado, el cual, entre otros avances, ha hablado de regresar a la ley del aborto de 1985, que considera un consenso social básico junto con la Contrarreforma y el Concilio de Trento. El que todavía no se ha decantado entre uno u otra -al menos en público- es el expresidente del gobierno José María Aznar, quien no ha dejado de manifestar su enojo por el hecho de no haber sido invitado al congreso del PP. Probablemente, para que no lo confundieran con Soria o con el Cid.

"Tenemos que ser todo a la derecha del PSOE" ha dicho Pablo Casado en una entrevista concedida a El País, una declaración de principios que aúna en un solo ramillete al PP, a Vox, a la Falange, a Fabio McNamara, a la Fundación Francisco Franco, a la bandera del pollo y a la mona de Gibraltar. Con esa esperanza de futuro, Santamaría no es que parezca socialista: es que parece el Che Guevara tras una liposucción.

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