Punto de Fisión

UP: revueltas pero no juntas

UP: revueltas pero no juntas

Unidas Podemos cada día se parece menos a su nombre, más por el sujeto que por el predicado, ya que cuando por fin empiezan a poder también empiezan a desunirse. Una vez más, amigos. Efectivamente, en apenas un mes de gobierno de coalición con el PSOE, cuando ya se vislumbran ciertos avances en el horizonte, Teresa Rodríguez y el bloque Anticapitalistas han decidido coger el cesto de las chufas e imitar sutilmente a Errejón: el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro. En UP deberían buscar una denominación alternativa, algo como Separadas Podemos o Unidas Podíamos o Revueltas pero no Juntas.

Como se trataba de celebrar San Valentín por todo lo alto, Teresa Rodríguez no ha dicho una palabra en contra de Pablo Iglesias ni de sus antiguos compañeros. Sólo ha dejado caer que los podemitas de Madrid son un poquito machistas, un poquito centralistas, un poquito universitarios y un poquito clase media. Además, los pablistas apenas tienen sintonía con el sector andaluz del partido, ni cecean ni cantan flamenco, por eso los teresistas van a fundar un Podemos cien por cien andaluz, a pesar de que un 96 o 97% de los inscritos en Andalucía apoyaron el pacto de gobierno con el PSOE. Adelante Andalucía era justo lo que faltaba en el sur de España, una formación nacionalista, folklórica y ombliguista al mejor estilo de Bildu, ERC, Teruel Existe, el BNG o Compromís, pero con castañuelas.

Para explicar la ruptura, Pablo y Teresa han protagonizado un video que parece sacado de First Dates (Last Dates en este caso) justo cuando la pareja avisa que no, que no hay feeling entre ellos pero que van a quedar cualquier día de éstos para tomar unas cañas. Teresa habla más que nada con las manos, porque lo que dice no tiene ni pies ni cabeza, y a Pablo, junto a ella, se lo ve muy serio, con esa forma suya de asentir despacio con la cabeza, diciendo sí, sí, sí, con los ojos mientras las cejas y el ceño exclaman no, no, no, no, otra vez no, puñeta. Son seis años de caminar juntos, dicen, y han ido a separarse apenas han tocado el cielo, la víspera de San Valentín, evocando a aquella célebre pareja de la que decía Woody Allen que sólo alcanzaron el orgasmo simultáneo una vez: el día de su divorcio.

Lo de seguir compartiendo sueños y esperanzas juntos suena muy bonito y hasta puede que sea verdad, que cosas más raras se han visto. A un amigo mío -llamado J. B., igual que el whisky y el personaje de Torrente Ballester- le pasó algo muy curioso y es que tras años de pelearse con su mujer y sufrir un infierno conyugal, se divorció, pero poco a poco empezó a quedar otra vez con ella, en plan amigos, igual que las parejas fallidas de First Dates, y después el roce hizo el cariño, el cariño el arrebato, hasta que al final me contó que se citaban en un hotel los fines de semana para practicar el Kamasutra. Al video de despedida sólo le faltaba el consejo paternal de Carlos Sobera.

 

 

Más Noticias