Punto de Fisión

Gabilondo despierta y se coloca

Gabilondo despierta y se coloca

A Angel Gabilondo, entre unos y otros, me lo acaban de despertar de una siesta de dos años y ha salido a protestar el hombre con ese empaque de señor mayor al que los críos acaban de romper la ventana de un balonazo. Los críos estaban en el patio, tirándose de los pelos y de la coleta, respectivamente, jugando a la guerra civil, que es un juego muy de críos españoles, llamándose facha asquerosa y rojo de mierda, y al final ha tenido que asomarse Gabilondo a poner orden. Coñazo de niños estos, que no dejan vivir a nadie, siempre balanceándose en los extremos, que si libertad, que si comunismo, cuando el justo medio es el lugar perfecto donde hacer política, como Madrid, que está justo en el centro de España tirando un poquito a la derecha.

Tampoco es que Gabilondo se haya enfadado mucho, ante todo porque no vale la pena, que enseguida le sube la tensión y luego es más difícil conciliar el sueño. Al jefe de campaña debe de haberle costado horrores sacarle de la cama y convencerle para hacer un video; ya se sabe que al candidato del PSOE le dan grima estos adelantos modernos, las cámaras, el maquillaje, las luces, no digamos ya las redes sociales, Facebook, Twitter, Instagram, que un día se compró por internet un estudio sobre el Superhombre de Nietzsche y cuando llegó a casa resulta que era una película de la Marvel.

El video al final ha quedado bastante raro, con una musiquilla roquera de fondo que suena como si los vecinos se hubieran dejado puesto el tocadiscos al otro lado del tabique, mientras Gabilondo va refunfuñando los motivos por los que la gente debería votarle o no votarle: la sosería, la tranquilidad, la seriedad, la formalidad, etc. Vamos, lo que se dice una campaña de mil novecientos cincuenta y tantos para una comunidad, sí, pero de vecinos. La musiquilla iba por un lado y Gabilondo por el otro, más o menos como los candidatos de izquierdas, ni juntos ni revueltos. Qué más quieren, tampoco iba a ponerse a rapear a estas alturas.

Él mismo explica en el video que no puede resumir su campaña en un tuit, aunque sí lo ha hecho en un eslogan acorde con sus gafas y su corbata: "Gobernar en serio". Después de probar paracaidistas de toda índole y hasta entrenadores de baloncesto, en la fontanería del PSOE siguen pensando que lo mejor para rescatar Madrid de las garras de la derecha sería resucitar a Tierno Galván, el "viejo profesor", y lo más aproximado que tienen en el museo de cera es Gabilondo, aunque resulta difícil imaginarse a Gabilondo en un concierto aconsejando a los jóvenes: "El que no esté colocado, que se coloque". No, él hubiera preferido escribir un libro, probablemente es lo que ha estado haciendo durante todos estos meses en que los ancianos se iban muriendo en las residencias y el dinero necesario para contratar médicos y sanitarios se desperdiciaba en hormigoneras, curas, toreros, y él ni abría el pico. En el medio está la virtud, decía Aristóteles, y por eso Gabilondo prefiere a Más Madrid y a Ciudadanos para formar equipo en lugar de ese extremista de Iglesias, que quiere expropiar a los millonarios. Hasta se ha dado cuenta, entre tanta lectura de Hegel en pijama, de que Vox "tiene algo de ultraderecha". O ya se está colocando o no se le escapa una al tío.

 

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