Del consejo editorial

Con más razones, primarias

RAMÓN COTARELO

Catedrático de Ciencias Políticas

El abandono de Carme Chacón plantea una situación y un reto nuevos al PSOE y a su Comité Federal. La disyuntiva entre el congreso o las primarias se mantiene como cuestión de principios, pero pierde razón de ser como opción práctica. Como cuestión de principios está clara: las elecciones primarias son lo que los estatutos prevén y la legitimidad democrática exige, mientras que el congreso, formalmente democrático, obedece más a una lógica partidista oligárquica. Como opción práctica, si sólo hay un candidato, pareciera que el método es indiferente. Pero no lo es.

La decisión de la ministra de Defensa tiene que ver con la fronda que se ha levantado en el PSOE ante la catástrofe electoral. Y, sobre todo, ante la posibilidad de que no resultara candidato el ministro del Interior que, al parecer, goza del visto bueno del aparato. Si es o no una decisión acertada el tiempo lo dirá. Desde luego es audaz y conecta bien con el nuevo espíritu del tiempo de regeneración democrática que se extiende por la sociedad a raíz del 15 de mayo.
Sin duda, los barones, los poderes fácticos, el aparato del partido, presionarán a Zapatero para que haya congreso en lugar de primarias, dado que sólo queda un candidato. Pero esa sería una decisión errónea que antepondría una cuestión práctica a otra de principios y arrebataría a la militancia el derecho a decidir. Haya los precandidatos que haya, las primarias deben convocarse por diversas razones. Primero, porque no puede descartarse la aparición de otras opciones o, incluso, la de que Carme Chacón vuelva sobre sus pasos. Segundo, porque es una promesa firme del presidente y un mandato de los estatutos. Tercero, porque abrirse a la decisión democrática de la mayoría no puede ser un inconveniente, sino que, al contrario, el inconveniente es sustituir la voluntad de la militancia por los acuerdos entre las distintas fracciones e intereses creados.
Lo suyo es que las primarias sean entre opciones competitivas (en todo partido de gobierno las hay) con libertad de elección de la militancia. Si sólo hay un candidato se debilita esa fuerza de legitimación pero siempre será superior a la de un congreso y, por supuesto, a la del nombramiento digital.

 

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