Del consejo editorial

Europa 2012

Alfonso Egea de Haro
Profesor de Ciencia Política

Tan difícil de comprender es a qué se acerca Croacia, que el próximo 22 de enero celebra un referéndum para convertirse en el Estado 28 de la Unión Europea, como de qué se aparta Reino Unido tras la pasada cumbre del 9 de diciembre. A los conocidos criterios de déficit y deuda del Pacto de Estabilidad se suma ahora la obligación de que el déficit estructural no supere el 0,5% del PIB en términos nominales. No existe, sin embargo, una metodología explícita para calcular esta magnitud. Tampoco se conoce cómo se ha calculado ese 0,5% ni cómo afecta al ratio deuda/PIB que, en caso de superar el 60%, activaría los mecanismos de corrección. Todo queda a expensas de cómo cada uno de los estados plasme estas reglas en sus constituciones o normas equivalentes.

Y este no es el único aspecto que provoca incertidumbre sobre Europa en 2012. El veto de Reino Unido a reformar los tratados impide modificar las competencias de las instituciones comunes, y en particular de la Comisión, para vigilar el cumplimiento y la sanción de los nuevos requisitos. La alternativa es que sean los propios estados los encargados de vigilarse a sí mismos recurriendo al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Las acusaciones recíprocas entre los socios comunitarios por la falta de disciplina fiscal apuntan a que al Tribunal no le faltará trabajo.

Y antes queda un complicado camino hasta que nueve estados ratifiquen el nuevo Tratado permitiendo su entrara en vigor. En Francia, el candidato presidencial del Partido Socialista, François Hollande, ya se ha mostrado contrario dificultando así la obtención de la mayoría necesaria para modificar la Constitución. Las próximas elecciones legislativas en Grecia, previstas para febrero de 2012, añaden otro interrogante. Incluso en aquellos socios que están sujetos por necesidad a férreos programas de austeridad, el acuerdo no se puede dar por descontado. En Portugal, el Partido Socialista se ha mostrado en contra y en Irlanda no se descarta la celebración de un referéndum. Cada vez que hay una mayor precisión en las cifras macroeconómicas hay una mayor incertidumbre política. Será por el origen desconocido de las primeras o por la visión cortoplacista de la política, o por una combinación de ambas.

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