Del consejo editorial

Objetivos europeos contra el abandono escolar

JORGE CALERO

Catedrático de Economía Aplicada

La pasada semana se reunieron en Madrid los ministros de Educación de la Unión Europea con la intención de establecer posiciones comunes contra el abandono escolar prematuro y a favor del aumento de la escolarización en la educación superior. Es lógico que exista una preocupación en torno a ambas cuestiones, sobre todo si tenemos en cuenta la evolución en la última década de los indicadores educativos europeos.

En el año 2000, a raíz de la definición de la Estrategia de Lisboa, se fijaron cinco objetivos básicos de la educación europea para la década que concluyó en 2009. En términos de medias europeas, ninguno de ellos se ha alcanzado y en dos la situación al final del periodo es peor que al principio. En el caso español, resulta especialmente notable la dificultad para reducir el abandono prematuro (falta de continuidad en los estudios después de la ESO), que se sitúa en el 31,9% al final de la década, cuando en el año 2000 era menor (29,1%).
En un esfuerzo por seguir marcando las líneas estratégicas de la educación y la formación en Europa, el Consejo de la Unión Europea propuso en 2009 una nueva batería de objetivos educativos llamados Educación y Formación 2020, que acabarán de concretarse en junio. Estos nuevos objetivos se sitúan prácticamente en las mismas áreas que en la década anterior, aunque se da más énfasis a la ampliación de la educación superior y la educación infantil. Afortunadamente, en estas dos áreas España se sitúa en una posición muy ventajosa: cumple sobradamente el objetivo propuesto en educación infantil (escolarizar al 95% de los niños y niñas entre 4 y 6 años), debido a una expansión que desde 2002 ha sido apoyada por la gratuidad de este ciclo; prácticamente cumple el objetivo propuesto para la matriculación en educación superior, donde el objetivo se sitúa en el 40% y la posición actual es del 38,9%.
El mensaje que estos objetivos transmiten a España es, por tanto, sencillo. Hemos tenido una "década perdida" para el abandono prematuro; las políticas aplicadas no han sido lo suficientemente eficaces como para revertir el efecto de varios factores que han empujado a los jóvenes fuera de las aulas. Los costes de perder otra década serían cada vez más difíciles de asumir, tanto en términos de productividad como de cohesión social.

Más Noticias