Del consejo editorial

¿Cómo será el mundo dentro de 20 años?

MIGUEL ÁNGEL QUINTANILLA FISAC

Catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia

No se trata de un acertijo ni de jugar a las profecías. A diferencia de lo que ha sucedido durante siglos en la historia de la humanidad, ahora no tenemos por qué conformarnos con intentar adivinar, conjeturar, o implorar un futuro mejor. Ahora podemos hacerlo nosotros mismos. Al menos en la medida en que el futuro estará en gran parte configurado por las aportaciones del conocimiento científico y la innovación tecnológica, las cuales dependerán, a su vez, de los retos que ahora decidamos asumir.

A esta filosofía responde la Agenda Ciudadana de Ciencia e Innovación, una iniciativa de la presidencia española de la Unión Europea, implementada por FECYT. A partir de las sugerencias de 14 personalidades que de alguna manera han contribuido a cambiarnos la vida por su actividad científica y profesional (desde Ferrán Adriá hasta Margarita Salas, para que el lector se haga una idea) se han propuesto 14 retos de carácter científico y tecnológico que podrían orientar la acción de los gobiernos en los próximos 20 años, para que los ciudadanos elijan cuál de ellos querrían conseguir antes de 2030. Como algún bloguero ya ha hecho saber, lo malo de esto es que a casi todo el mundo le gustaría que se cumplieran los 14. Pero el juego está en saber cuáles son los más importantes. Por el momento el reto más valorado es el de mejorar los sistemas de almacenamiento de energía eléctrica, propuesto por Paulina Beato.
Más allá de los resultados concretos de esta iniciativa, que podemos seguir on line hasta el 26 de mayo, el hecho mismo de haberla puesto en marcha constituye un bonito experimento en un campo, el de la participación pública en la ciencia y la tecnología, en el que necesitamos un gran esfuerzo de innovación social y política. Si el experimento sale bien, no será el último. Y eso será una buena noticia.
Si hace 20 años hubiéramos votado qué tipo de tecnologías nos hubiera gustado tener hoy, es posible que ahora estuviéramos más cómodos en el mundo que habitamos. Pero éste es justamente el reto que tenemos por delante para los próximos 20 años: decidir cómo queremos que sea entonces nuestra vida y la de nuestros hijos. Yo me apunto a ciudades más habitables (propuesto por Foster), órganos artificiales para trasplantes (Rafael Mastesanz) y medicina personalizada gracias a la genética (Margarita Salas). ¿Y usted? Puede dar su opinión en http://www.reto2030.eu.

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