Del consejo editorial

Noticias de la extrema derecha

RAMÓN COTARELO

Catedrático de Ciencias Políticas

En los últimos tiempos se observa un resurgimiento de los partidos de extrema derecha en Europa: en Francia, Holanda, Dinamarca, Alemania y hasta en la sólidamente socialdemócrata Suecia hay formaciones políticas de este tipo, de carácter xenófobo y con diferentes fortunas en su representación parlamentaria. No así en Gran Bretaña y en España, en donde es un hecho que la extrema derecha tiene su refugio en los dos respectivos partidos conservadores, aunque de modo diferente: en Reino Unido es marginal; en España, manda.

Así es desde el nacimiento del partido español, cuando este luchaba por un lugar al sol frente a una formación del centrismo político como fue la UCD. Sólo cuando esta se hundió, recibió el PP unos cinco millones de votos de una derecha moderada y centrista que hasta entonces había votado al partido que protagonizó la Transición. Así que no se trata de que la extrema derecha esté en un partido del centro-derecha, sino que es el centro derecha el que está en un partido de extrema derecha, creación de un ex ministro de Franco.
La corriente de simpatía que ha despertado en el PP el Tea Party estadounidense habla de una clara conciencia de fraternidad. El Tea Party no se agota en la intención de reducir el tamaño del Estado, disminuir los impuestos y hacer "más nación americana", como sintetiza Aguirre, sino que presupone una actitud ultrarreaccio-
naria frente a todos los asuntos sociales contemporáneos. Así se sigue del nombre del partido, una referencia al espíritu de los habitantes de las trece colonias originarias –mayoritariamente puritanos y no conformistas– y su forma de entender la política, cuyo primer rasgo es el del carácter fuertemente confesional de esta.
En la formulación actual, ese espíritu de la época de las colonias se articula en el neoconservadurismo que, aunque tenga puntos de contacto con el neoliberalismo, no es igual que este ni se confunde con él. El neoconservadurismo es religiosidad en la vida política, estricta moral patriarcal, los llamados valores comunitarios, la homogeneidad cultural, el rechazo del relativismo y el multiculturalismo y el aumento de la xenofobia con su punto de racismo. Un programa que el Tea Party está tratando de imponer en el Partido Republicano, los movimientos xenófobos en los países europeos y en España se encuentra ya presto en el Partido Popular.

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