De lunes

De Buchenwald a los Jerónimos

Ayer, 11 de abril, se celebró el 65 aniversario de la liberación del campo de concentración de Buchenwald por el ejército de Patton. Lo recordaba un notable ex prisionero de ese campo, Jorge Semprún. Mantiene Semprún que Buchenwald, primero campo nazi y luego cárcel estalinista, solo podrá mantenerse en la memoria de Europa por los escritores y los jóvenes que lo visitan.

Hace 71 años que acabó la guerra civil española que llevó al exilio a miles de "semprún". Aquí, a lugares como la esplanada del Valle de los Caídos iban cada año los franquistas, no para recordar que fue un campo de trabajos forzados de miles de presos republicanos, si no para reivindicar el triunfo de Franco, remedo español de Hitler y Mussolini. Ahora reivindican la victoria en la misa de Los Jerónimos. Sucedió el pasado martes. "Hemos venido a celebrar el 71 aniversario del triunfo sobre los enemigos de Dios" dijo el cura Julián Melero en recuerdo de los vencedores.

Aquí, la justicia pone la amnistía por encima de los crímenes contra la Humanidad y lleva al banquillo al juez que trató de abrir una causa contra la dictadura, a petición de las familias de los miles de desaparecidos republicanos. A Garzón le sientan en el banquillo a petición de la la Falange Española, el partido del régimen franquista, y de un sindicato de ultraderecha.

Mantiene Semprún que Buchenwald, campo nazi y estalinista, es un lugar ideal, único, para reflexionar sobre el origen y los valores de Europa. Aquí nos queda el Valle de los Caídos, la Falange contra Garzón y la misa por los vencedores para reflexionar si lo hicimos tan bien en la transición.

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