Desde lejos

Los árboles de Zilbeti

El pasado sábado, a las ocho de la tarde de la Nochebuena, el Concejo de Erro, en Navarra, hizo público un bando que anunciaba el inmediato comienzo de la tala del hayedo de Zilbeti. No deja de ser sorprendente que un grupo de representantes públicos, que supongo que tendrán la costumbre de no darse demasiada prisa en tomar decisiones, se apresuraran a tomar una de tanto calado en un día como ese y a esas horas. Lo que hay detrás de esa urgencia son, como tantas veces, los intereses económicos de una empresa.

La empresa es Magnesitas de Navarra, MAGNA, que se ha propuesto talar 30 hectáreas de bosque para implantar en el lugar una mina a cielo abierto, un tipo de explotación que suscita muchos recelos sobre su sostenibilidad medioambiental. Para colmo, el paraje elegido forma parte del espacio protegido del Monte Alduide. Y, como remate, la empresa ni siquiera dispone de los permisos necesarios para una actuación de ese tipo. Pero la rapidez con la que todo se ha hecho, iniciándose los trabajos el primer día laboral después de las fiestas –el pasado martes–, ha impedido la inmediata reacción vecinal.

La tala debe prolongarse hasta el 5 de enero. Es probable que la Justicia, famosa por su lentitud, no llegue a tiempo de detenerla. MAGNA y sus aliados saben que juegan con esa ventaja. Pero tal vez aún se pueda impedir el establecimiento de la mina. SEO/BirdLife y la Coordinadora Monte Alduide lo están intentando. Ustedes pueden colaborar firmando la petición de paralización a través de la página web actuable.es/peticiones/salvemos-Zilbeti. Feliz año a los árboles. Y a ustedes, por supuesto.

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