Dominio público

El Derecho Humanitario, una ley incumplida

Héctor Alonso

Pilar Estébanez y Héctor Alonso
Sociedad Española de Medicina Humanitaria (SEMHU)

El 19 de agosto, Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, se conmemora el día en que fueron bombardeadas las Oficinas Centrales de las Naciones Unidas en Irak (19 de Agosto del 2003), y se proclamó para reconocer a quienes afrontan el peligro y los riesgos para prestar ayuda y asistencia sanitaria a aquellas poblaciones que están en situaciones de crisis ,  celebrar el espíritu que inspira a quienes contribuye estas acciones, aumentándolo y respetándolo, y a su  vez  reivindicando la cooperación internacional como base de la acción humanitaria.

En esta línea la Sociedad Española de Medicina Humanitaria (SEMHU) quiere recordar en este día a los trabajadores humanitarios que en estas últimas semanas han perdido sus vidas realizando tareas de asistencia en las crisis. También queremos señalar que una vez más el doble rasero con el que actúa la Comunidad internacional dependiendo de los intereses particulares de los países y que se plasma en la falta de asistencia a las víctimas y la imposibilidad real de establecer corredores humanitarios para atender a la población civil en situación de precariedad o peligro, lo que implica falta de asistencia y supone millares de muertes y provoca sufrimiento humano.

Y es en este verano, cuando estamos celebrando este día, que pasará a la Historia como uno de los veranos más funestos de los últimos años en lo que respecta a la vulneración las leyes internacionales humanitarias, la falta de respuesta humanitaria, la violación permanente de los Derechos Humanos en las grandes crisis con el coste de miles de vidas, millones de personas heridas, desplazadas y ciudades destrozadas sin aprovisionamiento de aguas, electricidad -Gaza, Irak, Siria como ejemplos más llamativos- y sobre todo por el escaso respeto a los Derechos Humanos que nuestra sociedad está demostrando en esta segunda década del siglo.

Respecto de los desastres humanos, África de nuevo, en esta ocasión Liberia, Sierra Leona, Guinea-Conakry y Nigeria, podrían protagonizar el mayor desastre sanitario de los últimos años, relacionado, también, con la vulneración de los derechos: en este caso, el derecho al acceso a la salud de millones de seres humanos. Desde la Semhu queremos en este día hacer un breve repaso de la situación de los conflictos más activos

 

Situación crítica en Gaza

Empecemos por el terrible conflicto que se está viviendo en Gaza. En el momento de escribir estas líneas se vive un frágil alto el fuego. No ha habido muertos en las últimas horas. De momento parece que el ejército de Israel aguarda en calma a la mínima provocación de Hamás para descargar otro terrible zarpazo en la franja de Gaza y que provocará más muertes de inocentes, más mutilaciones de civiles, más escenas espantosas de niños muertos bajo los proyectiles de su aviación. En Gaza la situación es crítica en cuanto al suministro de alimentos y bienes de consumo de primera necesidad. El bloqueo de la población es total, y los trabajadores palestinos que cruzaban para trabajar al otro lado de las líneas de separación, no pueden acudir a su trabajo, por lo que muchas familias no disponen de dinero para comprar lo más mínimo. Además, la entrada de mercancías y alimentos también se ha visto interrumpida.

Muchas son las voces que se han elevado para protestar por la brutalidad de la respuesta del ejército de Israel, que se ha prolongado durante semanas. Casi nadie recuerda ya cómo comenzó esta locura que ha provocado centenares de muertos y miles de heridos. Conviene recordarlo, para que veamos en perspectiva la sinrazón de este conflicto y que  empezó cuando aparecieron asesinados tres muchachos israelíes, que habían desaparecido cuando hacían autoestop, cuya autoría del asesinato se desconoce pero que Israel ha atribuido a Hamás. Podríamos escribir aquí sus nombres ya que han salido publicados en la prensa. Sin embargo no vamos a hacerlo porque sería un agravio para las decenas de niños palestinos que han muerto desde entonces y cuyos nombres no han sido escritos en un periódico.

Se inició, pues, tras el secuestro y asesinato de los chicos israelíes una escalada de violencia sin precedentes desde la segunda Intifada. Si en aquella ocasión la Intifada sirvió para debilitar la posición de Hamas en Cisjordania, son ya varios los expertos que creen que detrás de esta operación del Ejército de Israel está la firme voluntad de reducir sustancialmente la influencia de Hamás en la Franja de Gaza más que la búsqueda de la venganza. Ya son varios los líderes de la formación que han resultado asesinados durante la operación militar, y muchos analistas creen que de prolongarse el bloqueo de Gaza, parte de la población palestina podría culpar a Hamás de la situación, especialmente los más próximos a Al Fatah.

En cualquier caso, y al margen de las estrategias políticas perseguidas en este conflicto, no podemos sino escandalizarnos ante la pasividad de los países europeos –Estados Unidos ha actuado como se esperaba- ante el sufrimiento de la población civil y la muerte cruel de mujeres y niños bajo los bombardeos. Muchas son las voces que se han elevado ya exigiendo el establecimiento de corredores humanitarios para ayudar a la población civil de Gaza, así como el embargo de la venta de armas y suministros militares al Ejército de Israel. Poco se ha conseguido hasta ahora, y nos tememos que, a estas alturas del verano, poco se va a hacer hasta que se reanude el curso político en septiembre. Las cifras que está dejando este brote de violencia en los territorios ocupados nos muestran la crueldad con la que se está atacando a la población civil. Hasta ahora se han producido casi 2000 muertos, el 70% de ellos mujeres y niños; 10.000 palestinos heridos, 500.000 desplazados y 16.000 casas destruidas. La situación se agrava además por el bloqueo de productos sanitarios a que está sometida la franja de Gaza.

 

Masacre de kurdos en Irak

En Irak estamos asistiendo al recrudecimiento de las hostilidades interétnicas en ese país abandonado de cualquier manera después de una absurda ocupación militar por parte de Estados Unidos y sus aliados que no sirvió para nada. Irak podría llevar el mismo camino que siguió Afganistán, después de años de ocupación soviética: el caos se apoderó del país a medida que se retiraban las tropas invasoras. Ni siquiera la intervención de los países occidentales para tratar de frenar a los talibanes pudo establecer las estructuras mínimas de un Estado moderno.

Irak, así pues, se encamina hacia otro caso similar. En el norte del país se está extendiendo con rapidez un régimen promovido por el autoproclamado Estado Islámico, yihadistas extremadamente radicales, que lo primero que hicieron fue masacrar a un pueblo históricamente maltratado, los kurdos, por la única razón de que practican una religión distinta. Después de conocerse las atrocidades cometidas contra civiles desarmados kurdos por parte de los yihadistas, Estados Unidos intervino, apoyado por Gran Bretaña, bombardeando las posiciones de aquellos para garantizar, dijeron, la supervivencia de los civiles kurdos, a la vez que han proporcionado armamento a tropas kurdas (peshmergas) sin permiso del Gobierno de Irak, que, si bien es aliado de Estados Unidos y los kurdos, ha mostrado su malestar por la entrega de armas a una parte de la población de su país sin su permiso. La reflexión que podemos hacernos en este caso es la siguiente: bien, Estados Unidos ha reaccionado con rapidez para ayudar a unos civiles desarmados y masacrados, algo que no haría nunca con los palestinos, por supuesto. Pero la ayuda de Estados Unidos, como acostumbra, lleva aparejada el suministro de armamento que será utilizado, no cabe duda, contra parte de la población de Irak cuando nadie esté mirando. Como ya ha sucedido en Afganistán, recordamos de nuevo. Veremos cómo acaba esto.

 

La incapacidad de establecer corredores en Siria

Siria es el tercer conflicto, aunque éste lleva prolongándose desde marzo de 2011. En esta ocasión, aunque Estados Unidos preparó una intervención contra el gobierno de El Assad, no se llevó a cabo por la firme oposición de Moscú, quién considera al presidente sirio un buen y fiel aliado en la zona. Entretanto, la guerra civil en Siria, en la que se han perpetrado auténticas barbaridades como el bombardeo de población civil con armas químicas, se ha cobrado ya alrededor de 150.000 muertos, más de 50.000 de ellos civiles, así como millones de desplazados y refugiados en los países vecinos. Naciones Unidas ha sido incapaz, hasta el momento, de garantizar el establecimiento de corredores humanitarios o, siquiera, la entrega de alimentos o suministros médicos. Quienes pensaban que el régimen caería rápidamente, como el régimen de Gadaffi, se equivocaron. Por el contrario, el presidente sirio controla ya buena parte del país y las ciudades más importantes. En este conflicto se da la curiosa circunstancia de que Estados Unidos y Al-Qaeda apoyan al mismo bando, el que quiere derribar a El Assad.

 

Calamitosas estructuras sanitarias frente al ébola

Por último, tenemos que detener nuestra mirada en África Occidental si queremos que el panorama de los conflictos y desastres humanos no quede incompleto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los países occidentales están infravalorando la importancia de una epidemia que, según cifras oficiales, se ha cobrado la vida de casi mil doscientas personas, y como en otras ocasiones se demuestra una vez más la miopía responsable de nuestro entorno Europeo . El Ébola, que se ha extendido hasta ahora por Sierra Leona, Liberia, Guinea-Conakri y Nigeria, podría haber causado más víctimas que las recogidas en los informes oficiales, según reconoció la OMS.

Sin embargo, la propia Organización Mundial de la Salud ha sido acusada por organizaciones como Médicos Sin Fronteras de no haberse tomado tampoco en serio la epidemia hasta que cobró dimensiones casi incontrolables. Según Médicos Sin Fronteras, la OMS tardó demasiado en reaccionar, y no lo hizo hasta que la epidemia se había extendido por Monrovia, la capital de Liberia, que cuenta con 1,3 millones de habitantes. La preocupación es ahora enorme por los cuatro fallecimientos registrados hasta ahora en Nigeria, uno de los países más poblados de África. En Liberia un asalto a un hospital provocó la huida de 29 pacientes que estaban aislados y que no deberían estar en contacto con la población.

Las estructuras sanitarias de esos países, especialmente las de Sierra Leona y Liberia, países que aún no se han recuperado de las cruentas guerras civiles que han sufrido, son calamitosas. Si los países occidentales o la OMS esperaban que esos países, con esos sistemas sanitarios, se apañaran ellos mismos frente a una epidemia que requiere de unas infraestructuras que apenas existen en África, o han pecado de optimistas, o han pecado de imprudentes.

 

Occidente contempla el desastre por televisión

En España, tras la tormenta mediática desatada tras la repatriación del sacerdote español enfermo y posteriormente fallecido, poco se está haciendo para ayudar a los países afectados. Aparte de las ONG que están trabajando en la zona, no se ven expertos enviados por los gobiernos, ni envíos masivos de suministros médicos básicos, como guantes, trajes aislantes, mascarillas o sueros. No se ven avanzadillas lideradas por la Organización Mundial de la Salud para dotar a los hospitales locales de las condiciones mínimas de aislamiento de los enfermos. No se ve apenas nada. Una vez más Occidente contempla el desastre por televisión mientras transcurre el verano y se ha empezado a preocupar declarando la Emergencia Internacional cuando la epidemia ha atacado a ciudadanos europeos y norteamericanos. Ébola no es más que la expresión de otra injusticia, la falta de acceso a la salud.

Por todas estas razones, a la vista de la situación de vulneración de los derechos humanos más básicos en los ejemplos que hemos descrito, queremos, una vez más, insistir en la aplicación del derecho humanitario como la única vía para proteger a la población civil, que se expresa, de forma inmediata, con la aplicación de las medidas necesarias para poder abrir corredores humanitarios para socorrer a la población y suministrarle alimentos, medicinas, agua potable, ayuda técnica... y minimizar el lo posible el sufrimiento al que parecen condenados tantos millones de seres humanos indefensos. Queremos pues que este día sirva de recordatorio para la opinión pública y que sea consciente de que en otros lugares del mundo -muchos más que los cuatro ejemplos que hemos descrito- millones de personas se levantan cada mañana sin saber si ese será su último día de vida.

Más Noticias