Dominio público

Grecia enseña sus cartas

Javier López

Diputado por el PSC-PSOE en el Parlamento Europeo@fjavilopez

Javier López
Diputado por el PSC-PSOE en el Parlamento Europeo
@fjavilopez

El nuevo Gobierno Griego enseña sus cartas con sus primeros compases. Syriza trae un claro mandato bajo el brazo, la renegociación de las condicionalidades del rescate de la Troika y la reestructuración de su deuda. Un mandato económicamente razonable y moralmente necesario, pero con un nuevo actor político a la cabeza. Muestra de las mutaciones en los sistemas políticos que está provocando la chaqueta de fuerza del entramado de normas fiscales comunitarias.

Tras cinco años de recetas de austeridad, que se han comprobado cicuta y han desgarrado al país heleno, los halcones de Bruselas, Berlín y Frankfurt empuñan sus espadas ante unas negociaciones que se esperan de alto voltaje.

1. A falta de sólo dos escaños de la mayoría absoluta, Tsipras escoge a Anel (Griegos Independientes) como socios, partido nacionalista y derechista que obtiene la cartera de Defensa y con un líder que ha protagonizado sonadas salidas de tono. Eso sí, partido antimemorándum. El Gobierno apuesta todo a la negociación con Berlín y no quiere ninguna debilidad en ese flanco, pero deja en el aire el desarrollo de una agenda de derechos y libertades para Grecia.

2. El nuevo gabinete lo forman 12 ministros. Ninguna ministra. No es una novedad en el país, pero inexcusable para un Gobierno de izquierdas en el siglo XXI. Varoufakis, excelente economista heterodoxo, es el encargado de la cartera de Finanzas y las negociaciones con Bruselas.  Alguien muy preparado para la hercúlea negociación que le espera: en los despachos técnicamente muy dura y muy exigente en los mass media que apuntalan la influyente opinión pública a la que todos los gobiernos acaban debiéndose.

3. Los primeros embajadores a los que recibe Tsipras son a los de Rusia y China (históricamente había sido al estadounidense). El Gobierno saca los dientes en su primera reunión con el Eurogrupo y lo conjuga con mensajes favorables a un nuevo pacto. Lanza un primer aviso, ante un comunicado de los ministros de Exteriores europeos, referente a nuevas sanciones a Rusia, del que tenía que haber sido debidamente informado. El Gobierno está dispuesto a jugar todas las cartas y la geopolítica internacional estará muy presente en un país frontera como el griego.

4. El Gobierno impulsa el Programa de Salónica de Syriza como muestra de determinación y expone la primera ronda de contactos en el ámbito europeo. Tsipras, tras ver a Martin Schulz en Atenas, visitará Roma y París. Ironías de la política, tras zamparse al PASOK y vivir en España un ridículo intento de apropiación de su victoria electoral, surge lo evidente. La socialdemocracia es, y debe ser, el único gran aliado para una salida digna a la lamentable situación del pueblo griego.

Grecia ha movido ficha en el tablero europeo. Importante movimiento. Favorable para aquellos que entendemos que reorientar las políticas del continente es un imperativo ético y una necesidad económica. Una batalla en la que Europa se juega su razón de ser y podría provocar su tercera ruptura en 100 años. Pero un movimiento más de una compleja partida de ajedrez de un Gobierno que también padecerá las limitaciones que otros (criticados) han sufrido, y donde será necesaria empatía y generosidad entre aquellos que compartimos el mismo lado del tablero.

En los últimos meses, la socialdemocracia europea ha sido clave para impulsar algunos, importantes a la par que insuficientes, avances: QE en el BCE, Plan de Estímulos fiscales y reinterpretación de las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Además de todo esto se suma que el nuevo Gobierno griego no sólo se moverá en el plano Europeo. Su política doméstica es igual de importante. Tiene por delante la titánica tarea de luchar contra la corrupción, el clientelismo y la evasión fiscal y transformar un Estado absolutamente disfuncional, del que se han beneficiado únicamente sus oligarquías. Algo que será tan difícil como negociar con Merkel.

Deseémonos suerte.

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